Es una polémica que lleva ya un par de años, la irrupción de Netflix en la industria del entretenimiento conmocionó a grandes productoras y creadores que la ven como una amenaza al llamado séptimo arte, pero hay voces (y datos) que sostienen lo contrario.
Fue en 2017 cuando el tema cobró mayor relevancia, el caso de Okja, del surcoreano Bong Joon-ho en el Festival de Cannes fue el detonante; de lágrimas y ovaciones a abucheos y criticas, así fue su presentación.
Opiniones encontradas
En su momento, Pedro Almodóvar, presidente del jurado ese año en el festival afirmó que respeta y celebra la existencia de plataformas como Netflix, pero le “parece una paradoja” galardonar a una película “que no pueda verse en la pantalla grande”.
Al final Netflix no sólo no pudo contender para una Palma de Oro, sino que en 2018 ni siquiera pudo participar, algo que se replicó un algunos otros festivales y en los Oscar también encontró rechazo.
Al director español (Todo sobre mi madre, entre otras) se le unieron figuras de renombre en la industria como, Christopher Nolan (Dunkerque y la trilogía de The Dark Knight), Quentin Tarantino (Kill Bill y Once Upon a Time in Hollywood), Sofia Coppola (Lost in Translation y The Beguiled), el director y productor Steven Spielberg (E.T. y Ready One Player).
De entre todos, Spielberg ha sido el más duro en contra de la plataforma de streaming, quien ha sostenido que este tipo de películas no deberían ser elegibles para premios como los Oscar, que debería ser juzgadas como productos para la televisión.
Pero, también existe un batería de directores con igual peso en la industria que piensan de manera opuesta; Woody Allen (Poderosa Afrodita y Café Society), Nicolas Winding Refn (Drive y Neon Demon), Guillermo del Toro (The Shape of Water y Pacific Rim), Kenneth Lonergan (Manchester by the Sea y Margaret) y Alfonso Cuarón (Roma y Gravity), quienes ven en Netflix y Amazon Prime Video una opción para realizar sus trabajos.
Las audiencias mandan
Ante la polémica Netflix se ha flexibilizado un poco, hacía los estrenos simultáneos en algunas salas y en su plataforma, ahora ha optado por combinar, aunque sin respetar la ventana mínima de 30 días exigen la mayoría de las distribuidoras, como con Roma.
En el caso de Amazon, el caso es distinto, en algunas producciones primero ha hecho el estreno respetando los tiempos para después ofrecerlas a través de su servicio, tal como sucedió con Manchester by the Sea.
Ambas, fueron recibidas de manera positiva por el publica, y las dos ganaron al menos un Oscar, algo que ha comenzado a replantear a la industria si el rechazo a las plataformas digitales es válido.
Incluso personalidades como Will Smith (Bright y Aladin) ha defendido que no se trata de atentar contra la naturaleza del cine, sino que las plataformas de streaming son una alternativa para que el público pueda tener acceso a una oferta más variada de títulos, algunos a los cales ni siquiera podría tener acceso en una sala de cien.
De hecho, de acuerdo con Variety, el propio Departamento de Justicia de los Estados Unidos habría mandado una carta a la Academia de Artes Cinematográficas en la que señala que si se establecen “ciertos requisitos de elegibilidad para los Oscar; que eliminen a la competencia sin una justificación competitiva, dicha conducta podría dar pie a la sospecha de prácticas monopólicas.
Se trata de hábitos de consumo
Lo que plantea Smith es cierto, en su momento expuso el caso de sus hijos Jaden y Willow (20 y 18 años, respectivamente) quienes acuden con frecuencia al cine, pero que igualmente consumen contenidos por plataformas streaming.
En la actualidad, no se trata de generaciones, sino de hábitos de consumo, quien sea amante de la experiencia del cine seguirá acudiendo a las salas; no es cuestión de formato o plataforma, si no de cómo se aprecia una historia y las sensaciones que se viven al verla en ‘pantalla grande’.
Al igual que en su momento pasó con la televisión y posteriormente con los videocasetes y DVDs (o Blu Ray), el cine no murió, por el contrario, fueron canales por los cuales las historias reforzaron el vínculo y lealtad con sus públicos -algo que en marketing impactan pues el merchandising tiene más vigencia-.
Una respuesta contundente
Los más de 139 millones de suscritores e ingresos por más de 15 mil 794 millones de dólares que reportó Netflix al cierre del año pasado imponen.
Más si consideramos que, de acuerdo con datos de The Economist, la compañía de Los Gatos, California gastó durante ese periodo unos 13 mil millones de dólares en su programación original, algo que supera lo de cualquier otro estudio o compañía televisiva en Estados Unidos.
Sin embargo, esto no impidió que la industria cinematográfica creciera. Según cifras de Comscore, sólo por concepto de taquillas, la industria cinematográfica recaudó más de 41 mil 700 millones de dólares a nivel global.
Entre ellas, Disney fue la principal productora al acaparar el 27 por ciento de la taquilla global; el MCU y Star Wars, así como sus versiones live action dominaron las taquillas. Si miramos mercados como el mexicano, al dinámica no es distinta, se recaudaron más de 56 millones de dólares en taquillas.
De hecho, Michael Pachter, analista de Wedbush, y citado por CNBC ha dado una respuesta contundente al temor de la industria cinematográfica al señalar que “Netflix y la expansión de las plataformas (video on demand) tendrán un impacto mínimo en la taquilla dada la gran cantidad de contenido, gran parte de la cual es ideal para estrenos en salas de cine”.
Más aún, para muchos especialistas las plataformas streaming son una alternativa en la que muchos creadores, directores y productoras tienen la oportunidad de recibir inversión o de exhibir trabajos que, de otra forma, serían rechazados por los grandes estudios.
En casos como México, es la oportunidad de distribuir una película que en otra época demoraría años en lograr un espacio en cartelera, dominadas por producciones extranjeras. De hecho, una gran crítica es que Hollywood está entregado a las grandes franquicias, dejando de lado muchas otras propuestas.