Una de las grandes discusiones que llegó con la irrupción de las grandes plataformas digitales como Google, Facebook y Amazon fueron las turbias responsabilidades que estas empresas tienen en muchos lugares en los que operan. Aunque México, por ejemplo, es uno de los mercados más importantes para estas firmas, lo cierto es que su retribución fiscal es nula, lo que en más de una cesación ha sido cuestionado por autoridades y los competidores indirectos de estas empresas.
Ahora, una nueva propuesta al respecto fue puesta sobre la mea por el presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuéllar de Morena, quien propuso una regulación más estricta para las plataformas digitales que hacen negocio en el país, en donde destaca imponer un gravamen a los ingresos de empresas como Google, Amazon o Facebook.
Muchas ganancias, sin responsabilidades
De acuerdo con el legislador, para evitar la evasión y ilusión de este tipo de negocios, es importante replicar lo hecho por naciones como Francia, en donde este tipo de servicios pagan un impuesto del 3 por ciento sobre los ingresos que generan el país dichos gigantes tecnológicos.
El diputado afirmó que “el SAT no ha podido cobrar a las empresas multimillonarias extranjeras dedicadas al comercio electrónico el Impuesto Sobre la Renta (ISR), a pesar de los altos ingresos que éstas perciben, porque en nuestra legislación este impuesto se cobra a residentes fiscales y éstas plataformas no están establecidas en México”.
En este sentido, vale la pena reconocer los ingresos que algunas de estas firmas tienen en el país sólo por concepto de publicidad. De acuerdo con estimaciones de Price Waterhouse Coopers (PwC), durante el año pasado, empresas como YouTube, Facebook o Twitter, generaron en México ingresos en publicidad por poco más de mil 505 millones de dólares, en tanto que la Mercado Libre alcanzó los 109.1 millones de dólares. Todo esto sin pagar un sólo peso por impuestos.
El caso se repite en el segmento de comercio electrónico, en donde además los impuesto que se cobran (ISR, IVA y IETU), “no sólo presentan problemas de recaudación por domicilios fiscales establecidos fuera del país, sino también por evasión fiscal, ya que algunas operaciones realizadas en este campo se están escapando de la tributación efectiva del IVA, ya sea por facturación falsa o por un registro menor al real en las compras, dañando con ello las finanzas públicas”, a decir de Ramírez Cuéllar.
¿Consumidor, el mayor afectado?
En este sentido es importante mencionar que, de acuerdo con el Senado de la República, tan sólo durante 2016, la tasa de evasión fiscal en México representó 2.6 por ciento del PIB, lo que significó que el gobierno no recaudó alrededor de 510 mil millones de pesos.
Esta no es la primera vez que se habla de un impuesto para estos gigantes tecnológicos. DE hecho, en cinco estados del país -Ciudad de México, Yucatán, Sinaloa, Quintana Roo y Oaxaca-, los servicios de Airbnb están gravados con un 3 por ciento por el Impuesto por la Prestación de Servicios de Hospedaje.
Sin embargo, lo que llama la atención es que este impuesto no es absorbido directamente por la plataforma, sino que se atribuye al servicio que prestan los usuarios por lo que el huésped es quien desembolsa dicho 3 por ciento, mientras la plataforma ve sus ingresos intactos.
El tema no es menor si consideramos que, de acuerdo con un estudio firmado por la Universidad Anáhuac, Airbnb se ve exento de 5 mil millones de pesos al año sólo en ISR. En cambio, los hoteles pagan casi 50 centavos por cada peso que ganan.
Bajo esta lógica, es posible afirmar que aunque se trata de un impuesto necesario, de no tomarse las medidas y anotaciones pertinentes sería un gravamen absorbido por el consumidor o, en algunos casos, por las marcas, jugadores que verdina incrementado el costo de ciertos servicios o, en su defecto, precios mayores en las distintas soluciones publicitarias que plataformas como Facebook o Google ofrecen.