Puede no resultar extraño para ti que surjan publicistas y profesionales del marketing improvisados que, basados en sus aficiones gusto y su destreza, se aventuren a la elaboración de proyectos publicitarios, banners, campañas y otras acciones relacionadas con procesos de branding.
Aunque el marketing y la publicidad poseen herramientas que cada vez están más al alcance de más personas por causa del desarrollo tecnológico, lo cierto es que sin una formación concienzuda el proceso de creatividad se quedaría corto.
Y es que el objetivo primordial del marketing y la publicidad es trasladar conceptos, ideas y la esencia de los productos, marcas, organismos, instituciones, empresas y personalidades a mensajes de promoción capaces de apuntalarles y sin una formación teórica que ayude a defender los principios del marketing y sus diferentes técnicas eso resultaría un poco más complicado.
En el mejor de los casos, quien no se dedique al marketing o la publicidad pero busque adentrarse en sus terrenos, deberá servirse siempre de la opinión de un profesional.
A veces, algunos profesionales de otras áreas se aventuran a desarrollar acciones de marketing por abatir costos, y eso pudiera pensarse como un error táctico. Y es que si el problema es por costos, valdría recordar el viejo refrán que dice “hablando se entiende la gente”: ¿ya pensaste en hacer alguna alianza profesional?
Sí, esta acción consistiría, por ejemplo, en pedir consejos a un publicista o mercadólogo a cambio de algún servicio que se puede prestar resulta factible (si se trata de un médico, este le puede dar consultas gratuitas al creativo; si hablamos de un contador, este puede desarrollar la declaración de impuestos a cambio de buenos en publicidad. Como estos, infinidad de ejemplos.
Y es que el marketing es mucho más que modificar una imagen en Photoshop, colocar mensajes en redes sociales o crear una frase atractiva. Es adentrarse en lo profundo de la creatividad y las marcas para sacarle tantos significados como te sea posible.