Cuando se analizan los problemas que está teniendo Huawei en distintos países del mundo, especialmente en los Estados Unidos, hay que mencionar un dato clave: más allá de fabricar smartphones, el gigante chino es el mayor jugador en el creciente mercado de los equipos de redes de telecomunicaciones del mundo.
En efecto, lo que más asusta al país de Donald Trump es la tecnología de China que está detrás de los aparatos de telefonía.
Es una “guerra” silenciosa de kits de redes, de protocolos y de certificados que no se ve, pero que subyace detrás de todo este conflicto.
Hoy, según Ovum, Huawei tiene el 30,1% de este mercado, superando a los antiguos líderes, Nokia y Ericcson, que detentan el 22,2% y el 26,4% respectivamente.
Más atrás está ZTE (12,5%) y un player muy conocido por todos: Samsung, jugador que, por ahora, sólo participa con apenas un 7,1%.
Pero la compañía surcoreana, líder en el mercado de teléfonos, quiere aprovechar (como Ericcson y Nokia) que Huawei está con las defensas bajas y por eso está invirtiendo cada vez más recursos en el desarrollo de equipos de redes de telecomunicaciones.
Según Reuters, “con el objetivo de aprovechar los temores de seguridad que obstaculizan a Huawei, Samsung está trasladando de gerentes de alto rendimiento y numerosos empleados a la división de red, desde sus unidades de smartphones”.
Con el “río revuelto” por las discusiones de los chinos de Huawei por la seguridad de sus redes, Samsung quiere reinventarse como un proveedor de primer nivel para redes inalámbricas 5G y cerrar la gran brecha que hoy la separan del líder y de los grandes players nórdicos.
Una de las primeras pistas de este avance se puede ver en Japón, donde Samsung está probando su tecnología en las redes 5G de la compañía francesa Orange, empresa presente en 27 mercados que hasta ahora cuenta con Huawei como su principal proveedor de equipos.
Un dato importante que marca el interés nacional del progreso de Samsung en este negocio es la visita del primer ministro de Corea del Sur, Lee Nak-yeon, a la división de redes de la compañía coreana en enero. Allí, según Reuters, el heredero de Samsung, Jay Y. Lee, le pidió ayuda al gobierno para conseguir ingenieros de alto nivel.
Una pelea que será larga
Los problemas de Huawei son grandes. Desde hace largos meses está tratando de sostenerse frente a las acusaciones de Estados Unidos y algunos otros países occidentales que dicen que sus equipo de redes podrían permitir el espionaje chino. De hecho, varios ya no quieren su presencia en las redes 5G.
Dos de ellos son Australia y Nueva Zelanda, que se unieron a los Estados Unidos para prohibir efectivamente a Huawei en las redes 5G. Muchos otros países, especialmente de Europa, están considerando la misma prohibición.
Por su parte, Huawei niega que sus equipos presenten algún riesgo de seguridad.
Una de las fuentes consultadas por Reuters, desde adentro de Samsung, le dijo a la agencia de noticias de forma directa qué están haciendo: “Estamos reforzando nuestro negocio de red para aprovechar las oportunidades de mercado que surgen en un momento en el que Huawei es objeto de advertencias sobre seguridad”.
Oficialmente, Samsung planea invertir US$ 22.000 millones en tecnología móvil 5G y otros negocios a lo largo de tres años. No se conoce el detalle de cuánto de esos dólares se destinarán a 5G y cuántos a otras áreas, como la inteligencia artificial, biofarma y componentes electrónicos para automóviles.