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Fyre fue un intento de evento exclusivo que en realidad fue un fraude por parte de los organizadores
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El documental de Netflix narra las diferentes facetas de planeación del evento así como la incorporación del marketing y la publicidad
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Fyre demostró el poder que actualmente tienen los influencers así como las redes sociales
El documental de Netflix “Fyre” mismo que narra la asociación comercial entre Billy McFarland y Ja Rule para emprender una aplicación de un servicio de booking de artistas y que seria celebrado con un festival de música en las Bahamas resulta ser una lección completa de marketing así como de sus múltiples aristas.
Este material muestra las diferentes fases por las que pasó el festival “que nunca se realizó” y muestra durante la hora y media de duración a las personas implicadas que van desde el propio McFarland así como directores de marketing, desarrolladores, creadores de contenido, influencers así como encargados de event marketing.
The Fyre Effect: More questions are being asked of influencer marketing in wake of documentaries https://t.co/QAff7lFVsQ #influencermarketing pic.twitter.com/UYO5kdWR9i
— Neal Schaffer (@NealSchaffer) 28 de enero de 2019
Inicio.
Como toda historia de éxito reciente en Estados Unidos, uno de los países que cuenta con mayor número de millonarios en el planeta, McFarland saltó a los reflectores junto con su concepto Millennial llamado Magnises, una tarjeta de crédito hecha de acero inoxidable.
Al llegar a los 1500 clientes decidieron convertirlo en un club de membresías; su principal ventaja de negocio, fue la habilidad de enganchar a la generación con mayor poder de consumo y mantenerlos atentos.
Derivado de que Magnises escaló en su número de clientes así como en sus ingresos, el siguiente paso era llegar a los sectores más exclusivos de Nueva York.
De tal modo que el concepto de la exclusividad, el glamour y la excentricidad poco a poco fueron elementos que McFarland utilizaría para detonar Fyre; una idea que tuvo un impacto sumamente elevado de la mano del influencer marketing.
Event Marketing.
“Era una visión tan grande que era difícil de lograr”, para albergar el evento musical Fyre, se decidió adquirir una isla en Bahamas que supuestamente había sido propiedad de Pablo Escobar.
Dentro del documental se dice que para lograr un festival exitoso se necesitan alrededor de 12 meses para tener en consideración cuestiones logísticas, recaudar fondos, diseños, entre otros factores, mientras que, para el festival más excéntrico en un lugar desconocido, el tiempo de planeación y realización eran de solo semanas.
Estilo de vida.
El concepto “Escobar” sonaba como punta de lanza de una experiencia que le permitiría al consumidor vivir tres días como el capo de la droga colombiana, es decir, música, mujeres, bebidas alcohólicas, playas, y todo lo anterior visto desde la exclusividad que genera poseer elevadas cantidades de dinero.
Sin embargo, el dueño de la isla le indicó al staff de Fyre que buscaba realizar un cambio en la reputación del lugar, por lo que les indicó que no quería que se usara el nombre del capo, algo que no se respetó en la publicidad en redes sociales, lo que generó perder más tiempo en buscar un nuevo lugar y comenzar todo el proceso de nuevo.
Ficción.
Gran parte de la publicidad del evento estuvo enfocada en la imagen de los influencers, alrededor de 250 fueron conectados para que dieran información sobre el evento, aunque mejor dicho, se trataba de solo publicar un cuadro naranja con una serie de hashtags.
Asimismo, se realizó una campaña de contenidos en los que súpermodelos como Bella Hadid, Emily Ratajkowsky, Kendal Jenner, entre otras hacían alusión a la marca, y a un tipo de vida que nunca llegó a suceder.
La serie de complicaciones técnicas que enfrentó el evento derivó en gastos multimillonarios, así como modos poco éticos y profesionales de enfrentar las desavenencias que se suscitaban día con día y que terminaron en una gran bola de nieve.
Enfoque.
El poder que actualmente tiene el influencer marketing puede resultar en una bomba de tiempo para aquellas marcas que no pueden cumplir con sus promesas, tal y como pasó con Fyre Festival, indica un artículo de Digiday.
Asimismo, desde el medio se indica que esto sentó un precedente de la responsabilidad que tiene el influencer ya que se pueden generar daños reales, aunados a la reputación de la persona en cuestión, si es que no tienen cuidado de saber con qué marca se enrolan a fin de que no sea fraudulenta, insegura o una idea no probada.