Sin duda, el tema del día fueron Los Oscar y las diez nominaciones de Roma, al menos tres de las diez principales tendencias a nivel global hablaron de temas relacionados, en México fueron hasta cinco.

Seguramente este impacto le debe dar la razón a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, que durante el último año se dispusieron a encontrar la forma de darle mayor proyección a los premios.

¿A qué se debe esta necesitad?

Si bien, Los Oscar es uno de los eventos de mayor interés de cada año, pues son objeto de atención de millones de personas en todo el mundo, algo que se traduce en su valor mercadológico.

Y, es que más allá de las marcas de moda, accesorios y de lujo que desfilan por la alfombra roja, el evento es considerado una gran ventana de exposición para llegar a las audiencias.

Ejemplo de ello es que para la edición de 2017, un spot de 30 segundos tuvo un costo aproximado a los 2 millones de dólares, según cifras proyectadas por The New York Post.

Sin embargo, su atractivo pierde brillo ya que en los últimos años el racing ha ido en picada y la ceremonia ha estado marcada por polémicas como el movimiento #MeToo y las críticas contra selecciones racistas como #OscarsSoWhite.

Así, por ejemplo, el año pasado Los Oscar tuvieron un 18.9 por ciento de presencia en los televisores de los hogares estadounidenses, el más bajo en los últimos diecisiete años y una tendencia en declive desde 2014, cuando registraron un 27.9 por ciento, de acuerdo con datos de Nielsen.

¿Un grito desesperado?

Desde el año pasado la Academia se dispuso a buscar la forma de recuperar atractivo, credibilidad y, por consiguiente, interés mercadológico en Los Oscar.

Para ello se anunciaron algunos cambios, como que se acortará el tiempo de transmisión de la ceremonia, además de ocupar los espacios comerciales para entregar algunas categorías -probablemente las menos ‘atractivas’-. También se había añadido una categoría que pretendía premiar a películas ‘taquilleras’, algo que desistieron después de las críticas que generó.

Además se adelantará la entrega de los premios a partir de 2020, cuando será el 9 de febrero.

No obstante, la polémica no impidió que este año se ampliara la selección de producciones para contender por las principales (y más atractivas categorías).

Así, la Academia y la ABC -cadena titular de los derechos- tiene la posibilidad de ser más políticamente correctas y ampliar la posibilidad de llegar a más público.

Es decir, una ceremonia más corta en transmisión podrá permitir editar temas polémicos, se hará más dinámica para no perder la atención del público y, naturalmente se mantendrá la estrategia para llegarle a través de las redes sociales y plataformas digitales.

Eterna lucha entre entretenimiento y arte

A las polémicas relacionadas con temas políticos y sociales que se han hecho presentes en Los Oscar, se suma el hecho de que durante varios años las películas premiadas en -como Mejor película- comenzó a estar ligadas a producciones de más de nicho como The Shape of Water (2017), Moonlight (2016), Spotlight (2014) y Birdman (2014) -recordemos que premian el año previo al de la ceremonia-.

Este dato es coincidente con la caída de la audiencia, es decir, películas que tiene un grado de técnica, intensión, realización, un conjunto de elementos que las destacan en calidad, pero en realidad no fueron un hit en taquilla y muchas de ellas ni siquiera gozaron de popularidad.

En cambio, The Lord of the Rings: The Return of the King (2003), Chicago (2002), Gladiator (2000) y Titanic (1997) fueron éxitos de taquilla, popularidad y coincidieron con altos índices de rating.

Sólo cuando Titanic arrasó con Los Oscar, la ceremonia tuvo un récord de 55 millones de espectadores a la transmisión, de acuerdo con datos citados por CNN.

Entonces, para este año se busca lograr darle gusto a todos; cuando The Dark Knight no fue nominada a mejor película (siendo una cinta de superhéroes y de DC) fue polémica, por ello ampliaron el número de películas que podrían ser nominadas.

Roma, Black Panther y A Star is Born

Esto no fue suficiente y este año mejor cambian los criterios; ahora buscan una mezcla de calidad en realización, historia y dirección, con elementos que conectan con el público.

Así encontramos 8 cintas que contienen estos ingredientes:

Roma. La cinta de Alfonso Cuarón no fue un hit en taquilla -por razones que todos sabemos-, y probablemente está en debate si es o no la mejor película del año, pero que ahora, pese a ser cinta extranjera incluso entra en categorías que en otros años no se le habría considerado.

Su fortaleza es que su calidad fílmica es impulsada por el golpe de popularidad que tuvo en redes sociales y los medios.

Black Panther. Más allá de que es de Marvel, parte de Disney, doña de ABC, se tiene que subrayar el hecho de que es una película de superhéroes, la primera en la historia en entrar a la categoría a mejor película y que también ataja un tema sensible: es una cinta dominada por actores de color y que busca resaltar la cultura africana.

Su fortaleza que es que además de ser considerada la mejor película de Marvel -hay debate- también fue un hit en taquilla con más de mil millones de dólares recaudados; su popularidad y engagment con el público es una gran tentación.

A Star is Born. Esta cinta protagonizada por Lady Gaga y Bradley Cooper -quien además es director- es una historia que apela al más puro ADN estadounidense en la que el trabajo duro y nunca renunciar a tus sueños te permite alcanzarlos.

Su fortaleza es que es considerada una de las mejores películas estadounidenses del año, que cuenta con Lady Gaga y millones de fans como un elemento que acaparará la atención el día de la premiación.

The Favourite. Una obra de Yorgos Lanthimos que a través del uso del humor negro retrata a la Inglaterra del siglo XVIII, en la que la reina Ana (Anne), Lady Sarah y Abigail tiene un triángulo amoroso que las acompaña como figuras de gran fortaleza.

No podemos decir que alguna de estas cintas desmerecen, todas tienen calidad, pero además han tenido impacto con el público que, con la suma de producciones con un gran mensaje social, buscan ser la fórmula con la que La Academia busca reconquistar a las audiencias.