Por Paco Santamaría y Anaí Aguilar
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Anaí Y. Ya hemos tocado este tema de personas/personajes que se han transformado en marcas y en lo poderosos que se convierten al capitalizar todo lo que gira alrededor de ellos. El D.F. tiene el suyo, y lo llamamos Marcelo Ebrard. ¿Qué piensas?
Paco X. Uff! Gran personaje. Voy a hablar lo que se dice en charlas de café, comidas y así. Que si es buen administrador, que si es el único que podría ganar las elecciones a Peña Nieto, que es un títere del Peje, que si es gay y que su matrimonio era sólo una quimera y que por eso se divorció y promovió el matrimonio entre gays en el D.F.
En fín, son tantas cosas que se dicen en la calle. Yo hablo por lo que veo. A nivel de imagen, en sus discursos, es muy bueno y elocuente, pero tiene un gran defecto: al ser tan alto, impone mucho y se desvincula con la audiencia. Tiene una personalidad muy fuerte y eso en vez de ayudarle, lo perjudica. Le falta enganchar con la gente. Crear empatía. ¿O cómo lo ves tú?
Anaí Y. No estoy nada de acuerdo. Un político tiene que tener una personalidad muy fuerte, y eso se vuelve aspiracional. Si a eso le sumas un aspecto amigable y muy “mexicano” se comunica mucho mejor con su audiencia –nacional– y con su no audiencia –internacional–. No me digas que un político tiene que comunicar debilidad…
Paco X. En este país sí, acuérdate que cargamos con un complejo de inferioridad muy fuerte. Si nos sentimos menos que el otro, nos acomplejamos y si nos acomplejamos le hacemos la vida difícil a quien sentimos superior. Marcelo es guerito y de personalidad arrolladora, por eso se tiene que bajar un poquito y tener una imagen más accesible. Los mexicanos somos taimados, ladinos e inseguros. Si sentimos a alguien superior, no lo enfrentamos, nos damos la vuelta y bajita la mano lo grillamos; me ha pasado tantas veces…¿qué opinas ?
Anaí Y. Ebrard no es guerito. Peña Nieto sí. Los dos tienen la misma altura y carácter social parecido, pero no igual. Comprobemos tu teoría. Dime, ¿quién tiene más popularidad?
Paco X. Sin duda Peña Nieto, su imagen la está llevando Televisa, sale en prensa rosa y se casó con una actriz de telenovelas. Es el candidato perfecto para un país que parece de telenovela y cree que su vida será de telenovela.
Anaí Y. Es mi punto. Peña Nieto tiene presencia tanto nacional como internacional. Y la gente en México lo quiere, es completamente la antítesis a tu descripción y aún así es muy fuerte y poderoso. Creo que estás etiquetando mucho. Regresando a Ebrard, tiene mucha fuerza, muchos “clientes”, porque se comunica con ellos, y además tiene por ahí un premio como “El mejor Gobernador”…por encima de muchos líderes internacionales; eso es impresionante. ¿Qué lo hace merecedor?
Paco X. Yo creo que le vas a Peña Nieto sólo porque es galán y lo ves en la tele, seguro lo imaginas como tu protagonista de telenovela, ¿no? Por otro lado, Ebrard tiene Twitter y lo atiende, la vez pasada durante el último temblor nos informó sobre el estatus de inmediato. Un candidato es más de lo que ves en tele ¿o no?
Anaí Y. No, no te equivoques. Yo no le voy a nadie. Estoy tratando de que veas que muchos de los rasgos del líder mexicano –chaparro, moreno y débil–, que juras que nuestros nuevos políticos deberían tener para poder sobrevivir –no sobresalir– en un país racista de éxito, no lo tienen. No son bajitos, sí imponen, sí tienen presencia, sí comunican, y sí tienen seguidores mexicanos. Un candidato, como bien dices, tiene que ser integral, tiene que pensar como sus seguidores… tan sencillo como una marca.
Tiene que estar en todos lados. ¿Cuántas veces las marcas ponen todos sus esfuerzos en hacerlo?
Paco X. A mí Marcelo me parece un buen administrador, que creo es lo que necesitamos, un poco frío y le falta conectar con la gente como te decía. Le falta sacudirse un poco esa flema y ese glam e infiltrarse con personas reales, parece el candidato de derecha pero es la opción de la izquierda.
Como imagen tiene que ponerse mucho las pilas pero sí tiene potencial. Lo que me parece muy triste es que tu voto sea para Peña Nieto. Mi generación todavía nació y creció en una dictadura del PRI. Casi siete décadas de fraudes electorales y engaños. Nos costó sangre sudor y lágrimas sacarlos de Los Pinos. Y de pronto a ustedes los Y se les hace fácil votar por el PRI otra vez y retroceder los años de democracia que hemos avanzado.
Bueno, sí confieso que voté por Fox para sacar al PRI pero no contaba con Martita y que Fox fuera bien intencionado pero demasiado blandengue. Y que se metiera en rollos tan raros con las sectas de los amigos de Martita. Pero en fin, lo que me pone la piel de gallina es que vuelva el PRI legitimado con los votos de ustedes los Y, y tu voto sea por una imagen creada y no por un candidato integral. Está bien, es importante la imagen porque es forma, pero forma es imagen también, y que miedo la imagen del PRI, su legado y lo que representa. ¿O tú no lo ves igual?
Anaí Y. No te dejes guiar por las apariencias. Ya te fuiste a un lugar muy lejos. Ni me quiero meter en temas políticos, ni quiero escuchar la historia de México con o sin políticos buenos o malos. Ni me has preguntado, y ya estás afirmando lo que yo pienso u opino.
Para mí, México necesita un cambio constante, mientras más diversidad, mayor retroalimentación, mayor limpieza y mejor progreso. No dejemos el tema principal a un lado, los dos son una marca que está en construcción y por lo tanto es la etapa donde aplican su marketing y business plan en acciones concretas.
Las esponjas tienen que absorber lo más que puedan, y sensibilizarse. Adentrarse de lleno a su mercado: vivir en las calles para poder hablar de sufrimiento y pobreza; sentarse en una escuela pública para hablar de educación; subirse al metro o metrobús en horas pico y caminar 20 minutos en las calles para poder hablar de transportes públicos eficientes. Congruencia, como tú siempre dices.
Paco X. Si son dos marcas, ¿cuál comprarías? Creo que el PRI ya les vendió la moto a ustedes perfecto, por lo que veo.
Anaí Y. Yo compraría la que me venda cambio, progreso, congruencia y seguridad. ¿Tú?
Paco X. Yo y mi generación jamás compraremos la marca PRI. O lo que suene a eso, somos miedosos y estamos perdidos en el anonimato, pero al final, no perdonamos en la boleta. Y votamos nulo, quizá los ñoños por el PAN, pero no, nunca el por el PRI. Esa marca nos sabe a atraso, viejo y dictadura. ¿Cómo ves?
Anaí Y. Jaja, muy clavado. Estás etiquetando otra vez, estás dejando todos los esfuerzos a un lado, y encerrando todo en la jaula de tu percepción. Pero es válido. Súper válido. Te propongo un estudio mucho más objetivo y más congruencia al escoger el candidato.
Dejemos las etiquetas a un lado, y votemos por el candidato, no por el partido. Mientras tanto, los dos están en el derecho de construir su marca, de la forma en la que sea, con los recursos que sean. A nosotros nos queda ser inteligentes, responsables y elegirlos éticamente.
