La escasa demanda de los iPhone XS, XS Max y XR es inocultable y sus efectos negativos ya pueden verse en distintas variables.
La primera señal llegó la semana pasada, cuando Apple le envió a sus inversores una carta advirtiendo sobre un recorte en las ganancias esperadas para el trimestre fiscal que finalizó en diciembre.
Apple dijo allí que los ingresos para los últimos tres meses del año serían de alrededor de US$ 84 mil millones, frente a la previsión de US$ 89 mil millones a US$ 93 mil millones.
Este miércoles, apareció una nueva evidencia de que los iPhone X no están pasando un buen momento: Apple redujo su plan de producción para nuevos teléfonos en un 10 por ciento. Se trata de la segunda vez en dos meses que los de Cupertino recortan su producción planificada, según publicó Nikkei Asian Rewiew.
La reducción en las expectativas de ingresos, la primera en 16 años, desencadenó una venta masiva de acciones en los mercados bursátiles. Así, los inversores expresaron su inquietud por otra luz de alerta sobre una desaceleración de la economía china.
La revisión de la producción futura se aplica a todos los nuevos modelos de iPhone: XS Max, XS y XR, según informaron distintas fuentes cercanas al tema consultadas por Nikkei. “El nivel de revisión es diferente para cada proveedor y depende de los productos que suministran”, publicó el medio.
Sin confirmación oficial (algo que difícilmente ocurra), el volumen de producción total planificado de iPhone (entre viejos y nuevos modelos) se reduciría hasta entre 40 y 43 millones de unidades para el trimestre de enero a marzo, desde una proyección anterior de entre 47 y 48 millones.
Esta disminución representaría una contracción anual de más del 20% de los 52,21 millones de unidades que Apple vendió en el trimestre enero-marzo de 2018.
Igualmente, la producción puede varias según las desviaciones que se generen por los sobrestock en los inventarios.
Qué pasa
Apple está soportando la maduración del mercado de teléfonos inteligentes en todo el mundo y el impacto de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, a pesar de que la mayoría de sus productos aún no están sujetos a los aranceles adicionales que el país de Donald Trump impuso a los productos fabricados en China.
“No previmos la magnitud de la desaceleración económica, particularmente en China”, había dicho el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, en la carta a los inversores al anunciar el recorte en el pronóstico de ingresos. “Creemos que el ambiente económico en China se ha visto aún más afectado por el aumento de las tensiones comerciales con los Estados Unidos”.
Entre los principales proveedores afectados muchos son de Taiwán, como el fabricante de lentes de cámaras Largan Precision. En una publicación interna, dijo que sus ventas en diciembre cayeron y que ese mes marcó su peor desempeño desde el mismo mes de 2013.
Desde el proveedor de cajas de metal Catcher Technology, en tanto, dijeron que esperan que las ventas en el actual trimestre caigan respecto del año anterior. “Esperamos que las condiciones del mercado a fines de 2018 continúen en 2019”, dijo Catcher en un comunicado a los inversionistas, calificando las condiciones como “desafiantes” y describiendo la perspectiva de la demanda como “altamente incierta y volátil”.
En noviembre, Apple ya les había dicho a sus principales ensambladores, Hon Hai Precision Industry y Pegatron, que cancelaría un aumento de producción planificado para el XR y alertó al proveedor Wistron que no era necesario que produjera más de lo previsto porque no habría un crecimiento en los pedidos.
Volviendo a la caída de ventas en China, hay que decir que Apple es el tercer mayor proveedor de teléfonos inteligentes en el mercado del gigante asiático, después de Samsung Electronics y Huawei Technologies, y que generalmente aumenta el precio de sus iPhone con cada lanzamiento anual.
Los teléfonos caros han llevado a muchos consumidores, particularmente a los de mercados emergentes como el chino y como el indio, a alternativas más baratas, como OnePlus o Huawei.
Huawei, Oppo, Vivo y Xiaomi, las cuatro marcas de teléfonos inteligentes líderes en China, poseen una participación de mercado combinada de casi el 80%, mientras que Apple posee el 9%, según Counterpoint.