En un video titulado “Apologizes” (Disculpas) que fue publicado inicialmente en la red social china weibo, los fundadores de la marca de lujo Dolce & Gabbana piden perdón a los chinos tras lo que en el gigante asiático se calificó como “desborde racista” de la marca.
El video es un intento casi desesperado de la marca italiana para frenar la reacción de los compradores chinos, cada vez más decididos a boicotearla después de que se conocieran una serie de comentarios en Instagram de Gabbana donde describe a China como un “país de mierda”, publicó South China Morning Post.
Aunque la marca indicó que la cuenta de Gabbana había sido hackeada por piratas cibernéticos, no logró convencer a los usuarios de ese país, donde tiene tiendas en 25 ciudades.
Los comentarios de Gabbana se conocieron poco después de que la casa de modas enfrentara críticas por una campaña publicitaria que mostraba a una modelo china luchando por comer platos italianos –como pizza y cannolis– con palillos, lo que le generó acusaciones de estar estereotipando la cultura del gigante asiático.
La desesperación de la marca es entendible: los sitios chinos de comercio electrónico comenzaron a eliminar productos Dolce & Gabbana y algunos centros comerciales decidieron no venderla más por lo que calificaron como “arrebato racista” de Stefano Gabbana.
Además, la marca se vio obligada a cancelar un mega evento en Shanghai.
La decisión fue, entonces, pedir perdón con un video publicado este viernes en el que Stefano Gabbana y Domenico Dolce hablan de su amor y respeto por la cultura china.
“Ofrecemos nuestras más sinceras disculpas a los chinos de todo el mundo”, dice Gabbana. Y Dolce continúa: “Esperamos que nuestra mala interpretación de la cultura china pueda ser perdonada. Siempre hemos admirado China, la hemos visitado mucho. Hemos estado en muchas ciudades y amamos su cultura “.
El video termina con la pareja diciendo la palabra “lo siento” en mandarín.
Este conflicto es un problema para una de las marcas de moda más conocidas de Italia en China, donde lucha codo a codo con rivales como Louis Vuitton y Gucci en un mercado tan grande como complicado de comprender.