Por Paco Santamaría y Anaí Aguilar
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Paco X. El otro día en la madrugada se quedó encendida mi laptop con la tele de la web de Milenio en vivo. No sé qué tanto fue mal sueño y qué tanto aluciné, pero estaban transmitiendo, según yo y mi subconsciente, la beatificación del que fue Papa por casi veintisiete años, Juan Pablo II. Esta sí que es una marca fuerte ahora.
No importa el tiempo o las políticas de la iglesia, este personaje va para santo que vuela. Muy carismático o no, político, comunicador, viajero o personaje, controvertido por la ola de pederastia en el clero que sus críticos dicen que fomentó. Quizás, la verdad no la sabremos ya.
Lo que me impresionó es la marca en la que se ha convertido, su rostro, su imagen y sus fotos. Ya todo mundo las reconoce y la siguen millones de fieles católicos y políticos de varias naciones. ¿No te parece que es una marca que se ha creado la Iglesia o el Vaticano para no seguir perdiendo capital de fieles, porque nada más este Papa no levanta en imagen?
Anaí Y. Fíjate que nunca lo había visto así. Creo que ya es muy común que personas que comunican se conviertan en marcas con valor en el mercado. Creo que sí, en efecto, Juan Pablo es una marca positiva que comunica los atributos de la Iglesia, de una forma muy sencilla y con una precisión absoluta. La pregunta sería, ¿su valor aumentó en el momento que murió?
Paco X. Sí aumentó y mucho. Como Van Gogh, después de muerto vale más. Mucho más, ahora Juan Pablo II, su imagen, su ampolleta con sangre, sus discursos y su foto, son marca registrada. Para mí, nada que es una marca positiva. Como agnóstico es un personaje muy controvertido, un político, un líder espiritual. Sólo eso, para gente mocha es un santo, o sea, ya una marca registrada de la Iglesia para generar más seguidores, ¿no?
Anaí Y. Y finalmente eso es positivo. Sí, cada quien tiene sus métodos y sus formas de hacerlo y de comunicarlo. Eso es algo importante, dejando a un lado la Iglesia como institución controversial, las imágenes, los celebs y artistas con un buen testimonio y un product placement implícito siempre funciona. Y Juan Pablo II se ha convertido en una celebridad, solo que asociada a una serie de eventos complejos. Es el otro lado de la moneda. Tú percibes a Juan Pablo II como otro político controversial lleno de discursos hechos y derechos; yo lo percibo como un personaje que nos da la historia de forma natural. ¿Qué sigue para un personaje-marca? ¿Cómo sigue vivo?
Paco X. Creo que estas evadiendo mi comentario sobre la Iglesia, no es por atacar tus creencias que respeto, ni tu espiritualidad, lo que te digo es que la institución de la Iglesia esta desgastada y necesita nuevas marcas, entonces Juan Pablo II es un ícono-marca que sirve para renovar la imagen de la iglesia y entonces seguir facturando, ¿qué sigue? Que les funcione y que tengan un producto nuevo para legitimar su imagen y ganar posicionamiento ante los fieles.
Anaí Y. No te estoy evadiendo. Yo pienso que eso es algo bueno. Es no perder mercado, no quitarle los ojos a los tuyos. Algo muy inteligente, con una imagen suavizada. Así de sencillo. ¿Qué producto nuevo podrán sacar para el tema del posicionamiento?
Paco X. El hecho de hablar de este tema y con este enfoque no te va a hacer perder tu fé o a condenarte en el purgatorio. Es importante hablarlo. Siéntete tranquila porque no pasa nada. Nada de nada al final. Ya fue el lanzamiento de la marca Juan Pablo II y la cosa es que los clientes lo reciban bien, por lo pronto asistieron a la beatificación más de un millón de clientes, buena convocatoria en la Plaza de San Pedro.
Lo que sigue es darle mantenimiento a la relación y empezar a obtener ingresos de la marca. Yo creo que el producto nuevo que sigue es una santa, y mejorar la imagen de Benedicto, que por cierto no es mala, es malísima. ¿Estás de acuerdo conmigo?
Anaí Y. ¡Vaya! ¡Hasta que coincidimos en algo! Y tú mismo me has dado razón: imagen positiva, Juan Pablo II, e imagen negativa, Benedicto. Construídas o no, es un hecho que la mercadotecnia actual de la Iglesia no está funcionando, y quizás Juan Pablo, fue su mejor apuesta. La cuestión aquí, es ¿por qué elegir a Benedicto si nada comunica? Debe de haber algún tema escondido…
Paco X. Así es y se llama política e intereses y es triste porque la Iglesia no está escuchando a sus clientes y no está siendo congruente con ellos, si sigue así los va a perder, como me perdieron a mi desde el 94, estaba chico y un 1 de enero entré por mi propio pie a una Iglesia porque me sentía muy desesperanzado y fui con un padre y le dije: yo lo que necesito son unas palabras de aliento, y el burócrata de la Iglesia me respondió: Ahorita no tenemos tiempo de dar palabras de aliento. Ahí me perdieron para siempre como cliente, ¿no crees?
Anaí Y. Ja! Ahora entiendo qué pasa por tu mente al hablar de la Iglesia. Y ese ejemplo pasa todos los días con la interacción entre marcas y sus clientes. Ponen mucho esfuerzo para atraernos, pero, ¿lo ponen para que nos quedemos? Nos sueltan muy fácil, y eso es algo que hay que recalcar! A tí te dejaron ir, y ahora eres un rebelde…
Puede ser algo muy negativo; puedes convertirte en su peor enemigo. ¿Quién más te ha dejado marcado?
Paco X. No soy rebelde, creo en mí. Telcel y Blackberry me tenían y ya no me van a tener más. Un cliente puede convertirse en el mejor promotor de la marca o en el peor enemigo, ¿o no?
Anaí Y. ¡Exacto! Yo como empresa, tendría un área a la que llamaría: “Retención de clientes”. Como para que la inversión de buscar nuevos clientes, sea redituable y se queden enganchados para siempre. ¿Estás de acuerdo?
Paco X. Sí, es más barato retener a los clientes y hacerles venta cruzada que salir a luchar por nuevos. ¿Tú crees que estoy a tiempo de ir a una Iglesia y que algún Padre intente retenerme? ¿O ya es demasiado tarde?
Anaí Y. Yo creo que ya se te pasó el tiempo, ya maduraste y creciste con una idea, “equivocada” o no, es muy difícil sacarla. Además de que eres ideas muy claras. Probablemente si te paras en una Iglesia, va salir peor jaja… Pero bueno, nunca es demasiado tarde, sólo es cuestión de querer hacerlo desde dentro y no sólo como una imagen con la que podrías “quedar bien” con alguien o con algo. ¿Crees que este tema de la Iglesia sea un aspecto común en tu generación?
Paco X. Los X no creemos ya en nadie, ni en nosotros mismos. ¿Cómo fue que te volviste tan católica?
Anaí Y. Por mis raíces, mis costumbres y en parte, mi educación. Estoy registrada en el sistema y soy parte de él. Los Y, a pesar de nuestro escepticismo, creemos en las cosas, en los hechos, y sobre todo en las personas; poco en la mercadotecnia. Pero al fin y al cabo, todo es mercadotecnia, y lo hemos demostrado en un par de columnas.
Creo que el escepticismo debe estar fundamentado con un buen argumento, de otra forma, sólo es seguir ideas o tendencias negativas. Cosa que para los líderes, es lo que necesitan: seguidores. Para mí, y pienso que para mi generación, tenemos en un buen lugar a Juan Pablo II; y creo que ahí lo dejaremos un buen rato. Finalmente es un líder ¿no? y a los Y, nos gustan los líderes y sus habilidades.