Sergio Mayer, actor y productor de espectáculos en México, se convierte constantemente en blanco de comentarios -muchas en son de burla- desde que comenzó a relacionarse con la política y obtuvo una diputación federal, lo cual, si bien lo expone de manera permanente y coloca a su imagen y marca personal en la conversación digital a través de las redes sociales, no necesariamente le beneficiaría.
¿Lo mismo le ha ocurrido a otras figuras del espectáculo que se han relacionado con los temas relacionados con el poder?
Mayer, conocido actor de televisión y productor de espectáculos surgido de la empresa mexicana Televisa, se integró recientemente al partido Movimiento de Regeneración Nacional y obtuvo un lugar en la Cámara de Diputados, posteriormente tomó cargo como presidente de la Comisión de Cultura de esta legislatura y desde el principio de su incipiente carrera política ha sido blanco de burlas y señalamientos por constantes traspiés en sus declaraciones.
Ha tenido faltas ortográficas, confundió a la Profepa -Procuraduría Federal de Protección al Ambiente- con la Profeco -Procuraduría Federal del Consumidor-, ha recomendado la descarga de un acervo pirata de libros en internet, y recientemente ha confundido al Palacio de Bellas Artes con el Palacio Nacional. Las constantes pifias lo colocan en redes sociales con comentarios como “Sergio Mayer lo hace de nuevo”, lo que daña su imagen y marca personal.
Sergio Mayer confunde el Palacio de Bellas Artes con el Palacio Nacional: https://t.co/M2qVKW9Weg vía @YouTube
— Revista Digital 4.0 (@Heli_Gamaliel) 16 de noviembre de 2018
Y no se trataría de la primera figura del espectáculo que daña su imagen una vez que se relaciona con el poder, pensemos en el caso de la todavía Primera Dama Angélica Rivera. La esposa del presidente Enrique Peña Nieto generó para sí misma una mala imagedespués de que se le relacionó con un probable conflicto de intereses a propósito de la adquisición de una vivienda de lujo a una empresa que obtuvo contratos para obra pública durante el gobierno de. mandatario mexicano.
Aún no se pueden medir los daños a la imagen y branding personal de Rivera, quizás una manera de descubrirlo será al observar si le ofrecen papeles en la televisión como antes de integrarse a la desea obtener papeles en la televisión.
Otra figura casada con un mandatario, el del estado de Chiapas, es Anahí Manuel quien como esposa de Manuel Velasco se apersonó en zonas afectadas tras los fuertes sismos de septiembre de 2017 y grabó un video en el que, a decir de muchas opiniones, trivializó el momento difícil que atravesaba la región.
“Muy despeinada, muy mal arreglada, muy fea y no me importa nada, lo que me importa ahorita es ayudar a la gente” @Anahi en #Chiapas pic.twitter.com/h74WB0VOUb
— Megalópolis ?? (@Megalopolis_MX) 11 de septiembre de 2017
Estos tres ejemplos muestran cómo en algunas ocasiones resulta dañino para la imagen y branding de las figuras del espectáculo relacionarse con la política, ya sea desde cargos públicos, puestos de elección popular o relacionarse con quienes los ostentan.
Existen, sin embargo, casos de personalidades de la farándula que no han visto afectados sus bonos, como la actriz Silvia Pinal -senadora, diputada local y líder sindical de los actores mexicanos-.