Tu dedo va cada vez más rápido sobre el mouse cuando tus ojos revisan el time line de una red social. Hemos aprendido a ver y a discernir a gran velocidad lo que nos interesa o llama nuestra atención, son dos o tres segundos como máximo los que tardamos en decidir si nos detenemos a leer o no.
Los dos elementos indispensables para conseguir full stop power, que las personas se detengan en seco a leer tu mensaje, son: la cabeza y la imagen.
Esto no es tan obvio como suena, basta hacer un recorrido consciente por los medios digitales para ver que la gran mayoría de los mensajes no tienen el poder de detener al lector. Si fuera así, las ventas de miles de productos que se anuncian en ellos estarían por las nubes.
Hay innumerables encabezados triviales y débiles en los anuncios de las redes, por ejemplo, ¿Quieres aumentar la productividad de tu empresa?, es una pregunta tan obvia que debería evitarse, no ha nacido el empresario que responda con un ¡No! Revisa, las redes están repletas de preguntas elementales. Si el encabezado fuera: Incrementamos en un 25% la productividad de tu empresa en sólo 8 semanas, las personas se detendrían a leer pues es una oferta concreta, única e impactante.
Con las imágenes sucede lo mismo, por lo general repiten el encabezado. Si un titular dice: Deja tu ropa tan blanca como cuando era nueva, ¿qué vemos? el acercamiento a una camisa blanca de hombre recién salida de la lavadora y sostenida por unas manos femeninas. Las imágenes deben complementar el encabezado, contar una historia. Tal vez la imagen podría ser la de un hombre con corbata y camisa blanca que está presentado de pie en una sala de juntas y todos los que lo escuchan usan lentes negros.
El copywriting logra titulares altamente efectivos, quienes los escribimos para vender, sabemos que deben ser “creativos”, lo que no significa otra cosa que logren captar el interés del lector y sean memorables.
El encabezado:
La cabeza de un anuncio es algo que debe trabajarse mucho, con cuidado, hasta encontrar la más persuasiva, las primeras nunca son las buenas.
Para asegurarte que la cabeza y el texto comunican con claridad, te sugiero que los leas en voz alta, si puedes grabar tu lectura, hazlo, después escúchala, así sabrás si suena bien y si es clara. Comparte lo escrito con dos o tres personas para que te den una opinión, mientras más objetiva mejor, hacerlo así siempre es útil.
La imagen:
La imagen debe estar al servicio de la cabeza y no al revés.
Elegir una foto no es ver un stock fotográfico y tomar la primera que aparece, es pensarla, diseñarla, de preferencia producirla para que sea exactamente como la necesitas.
Asegúrate de que diga algo más que el encabezado, que de información adicional a favor de tu producto o de la historia que vayas a contar. Que sea una que no hayas visto antes o al menos no de esa manera. Muéstrala a otras personas para recibir opiniones, puedes preguntar, ¿recuerdas haber visto una foto así en algún anuncio, te hace sentido con este encabezado?
Si no vas a producir la foto, busca y busca exhaustivamente hasta que encuentres una, que incluso, a ti te llame la atención.
El copywriter sabe si la foto colabora sustancialmente con lo que ha escrito, las palabras vuelan hacia los ojos del lector cuando están acompañadas de la fuerza de una imagen.
Recuerda, cuida a las palabras y ellas cuidarán de tu marca.
Hasta el próximo miércoles.