En los últimos 15 días hubo un tema que captó la atención del mundo: la desaparición (y ya seguro asesinato) del periodista saudí Jamal Khashoggi.
Desde que se lo vio por última vez el 2 de octubre pasado ingresando al consulado de Arabia Saudita en Estambul (Turquía), hasta ahora, los titulares de los más importantes medios del mundo han centrado gran parte de sus informes en tratar de desentrañar lo que sucedió.
Este martes no fue la excepción, en especial porque el presidente de Turquía fue hasta el congreso de su país para hablar especialmente del periodista, columnista del Washington Post, que ya nadie cree que esté vivo.
“Tenemos la certeza de que Khashoggi fue asesinado en el consulado saudí”, dijo Recep Erdogan, en contra de lo que habían dicho desde Arabia Saudita. También aseguró que el crimen fue “salvaje” y “planificado”.
“Hubo un plan que comenzó a gestarse el 28 de septiembre, en la primera visita de Khashoggi al consulado”, agregó el presidente turco.
Khashoggi’s ‘savage’ murder WAS pre-planned, declares Erdogan in explosive speech https://t.co/7zFiyn32XE
— Daily Mail Online (@MailOnline) 23 de octubre de 2018
Erdogan habló de las personas que llegaron desde Arabia a Turquía cuando el periodista estaba en Estambul y quienes fueron sus supuestos asesinos. “Estas 15 personas, ¿por qué llegaron a Estambul el día del crimen? Estas personas, ¿de quién recibieron órdenes de venir? En el consulado, ¿porque no se dejó investigar inmediatamente sino días después? ¿Por qué no aparece el cadáver de alguien al que se reconoce haber asesinado?”, se preguntó.
Sin embargo, Erdogan no presentó las pruebas que todos esperaban: los audios.
La pieza clave de la evidencia, algo que los turcos aparentemente están guardando, es una supuesta grabación de audio del propio asesinato.
Los funcionarios turcos han filtrado detalles (realmente horripilantes) de la supuesta grabación a los medios de comunicación locales durante las últimas semanas, pero no las han dado a conocer.
También dijo Erdogan que su país quiere que el gobierno saudí se haga cargo y que caigan “todos los responsables, desde el más alto hasta el más bajo, que obtengan lo que merecen”. Y sugirió que los saudíes permitan que las personas sospechosas sean juzgadas en Turquía.
Crisis diplomática y económica
El caso Khashoggi ha despertado una verdadera crisis, especialmente por el poder de los países involucrados.
- Arabia Saudita, de donde es originario Khashoggi, produce casi el 12 por ciento del crudo del mundo con lo que lidera en el ranking de los mayores generadores de barriles.
- Turquía, donde se produjo la muerte, es pieza clave en la relación oriente-occidente y su bipolar acercamiento a las grandes potencias (Estados Unidos y Rusia) forma parte de una endeble estabilidad en la región.
- Estados Unidos, donde vivía y trabajaba el periodista, es el otro de los países que ha quedado en el medio de todo y se sabe de la importancia geopolítica de la primera potencia mundial.
La crisis llegó a los negocios
Este 25 de octubre comienza el llamado “Davos del desierto”. El Future Investment Initiative es la mayor conferencia de la región que se realiza en Riad, Arabia Saudita, y que organiza el propio reino.
Sin embargo, ante lo sucedido, decenas de grandes empresas y CEO del mundo anunciaron que no asistirán.
The New York Times, Bloomberg, Ariana Huffington (la fundadora del Huffington Post), la editora en jefe de The Economist, Dara Khosrowshahi (el CEO de Uber), Viacom, el presidente del Banco Mundial, la CNBC, Los Angeles Times son sólo algunos de los que se “bajaron” de la conferencia a pesar de que antes habían confirmado presencia.
Khashoggi tenía una visión desafiante hacia el grupo gobernante de su país. En una columna de septiembre de 2017, una de las varias que, supuestamente, enojaron a Riad, escribió que el reino había “prometido una reforma social y económica”, pero, en cambio sólo aportó “represión sobre la disidencia”.