El 28 de septiembre pasado, un hacker obtuvo acceso a unas 30 millones de cuentas de usuarios de Facebook mediante la explotación de una debilidad en el sistema. Al comienzo se había dicho que podían ser más de 50 millones.
Las noticias sobre el ciberataque, una de las más significativas en la historia de Facebook, hicieron bajar las acciones de la compañía un 3 por ciento en las operaciones de ese día en Nueva York.
El error se relacionó con la función “Ver como”, que permite a las personas visualizar cómo se ve su propio perfil a través de los ojos de otro usuario, explicó Facebook, sin aclarar quién o quiénes habían sido los responsables.
Por eso, y con los antecedentes de las sospechas de la injerencia rusa en las elecciones de los Estados Unidos, se especuló que podría haber algún Estado extranjero por detrás.
Quiénes fueron
Sin embargo, según información publicada este miércoles por The Wall Street Journal, Facebook llegó a la conclusión que detrás del ataque había un grupo de spammers que se presenta como una compañía de marketing digital, y cuyas actividades eran conocidas previamente por el equipo de seguridad de la red social de Mark Zuckerberg.
La semana pasada, Facebook dijo que los hackers habían robado los datos de poco más de 29 millones de cuentas utilizando un programa automatizado que se trasladó de un amigo a otro.
Facebook dijo luego del hackeo que estaba realizando una investigación interna sobre el incidente y que había notificado al FBI, al Congreso y a la Comisión de Protección de Datos en Irlanda, donde la compañía tiene su sede en Europa.
“Los hallazgos preliminares sugieren que los hackers no responden a ningún estado o nación”, le dijeron fuentes conocedoras del tema al WSJ.
En distintas reuniones informativas públicas sobre el incidente, la compañía se negó a decir quién estaba detrás del ataque. Es más, cuando anunciaron el hackeo por primera vez, manifestaron que “nunca podrían descubrir las identidades de los atacantes”.
Qué querían
Hasta ahora, la investigación interna de Facebook sugiere que el objetivo de los hackers era financiero, no ideológico.
Cuando se conoció del robo de datos, Zuckerberg organizó una conferencia telefónica con algunos periodistas, lo que dejó en evidencia la gravedad de la situación.