Boeing está perdiendo la batalla con Airbus en la fabricación y venta de aviones. En los últimos 15 años, en sólo dos períodos, la fabricante de Seattle superó a su rival europea en número de unidades vendidas (2006 y 2012). En el resto, Airbus ganó siempre. Incluso en un año, 2011, casi la suplicó en pedidos de aerolíneas.
Una de las estrategias de Boeing es sumar acuerdos para la fabricación de unidades militares. Y con Donald Trump en el Gobierno, se allanó el camino, ya que el polémico presidente de los Estados Unidos pregona que se prioricen las adquisiciones dentro del país.
En este sentido, este jueves, la asociación Boeing-Saab dio a conocer que obtuvo un contrato por US$ 9.200 millones para producir el avión de entrenamiento TX para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, publicó Defense News.
Esto representa la tercera gran victoria de la compañía en aproximadamente un mes, luego de haber logrado un acuerdo por US$ 805 millones para construir los primeros cuatro reabastecedores de combustible no tripulados MQ-25 de la Armada, y otro por hasta US$ 2.380 millones para fabricar un nuevo helicóptero para la Fuerza Aérea.
Se calcula que estos aviones de entrenamiento serán el gran negocio para la alianza Boeing-Saab y lo que le permitirá seguir pisando fuerte en el mercado de los aviones tácticos, luego de que las líneas F-15 y F/A-18 Super Hornet desaparezcan en la próxima década.
El contrato estipula la entrega de hasta 475 aviones y 120 simuladores, dijo la Fuerza Aérea en un comunicado, aunque el plan habla, en principio, de 351 aviones TX, 46 simuladores, otras aeronaves asociadas y equipos de tierra.
El acuerdo con la Air Force Air US$ 2.380 millones para la fabricación de modernos helicópteros implica que sean utilizados para proteger armas nucleares.