El libro “Las 22 leyes inmutables del marketing”, de Michael Newman, tiene por objeto codificar las reglas universales que avalan las campañas publicitarias del mundo, siendo cada ley expuesta por un gran gurú publicitario de fama mundial.
Del liderazgo. Esta obedece la premisa de que el primero en lanzar un producto nunca antes visto al mercado tiene que ser el mejor, marca pauta. Esto aplica en el caso de Apple y su iMac, que rediseñó el concepto de una computadora de escritorio y por tanto, marca pauta en dicha industria.
De la categoría. Cuando un producto es nuevo en una categoría, procurando satisfacer una necesidad de los consumidores su índice de aceptación probablemente sea alto.
De la mente. Se refiere a que es mejor ser el primero en la mente de los consumidores que en el punto de venta, más efectivo.
De la percepción. Es como la fidelidad a la mente, lo que el cliente o consumidor crea será lo que imperara a la hora de elegir un producto no importa ante cual producto esté.
De la concentración. Cuando una empresa llega apropiarse de una palabra en la mente de los consumidores, él (los) producto(s) de esta será(n) identificado(s) por esa palabra. No solo para identificar el producto puede además identificar la empresa misma. El secreto es la utilización de palabras sencillas.
De la escalera. La empresa debe asumir el escalón que ocupa en esa escalera de la mente del cliente y partiendo de ahí diseñar la estrategia a utilizar para tratar de influir sobre el cliente.
De la dualidad. Consiste en que al principio, una categoría nueva es una escalera de muchos peldaños; sin embargo, al final del camino, siempre quedan dos elementos en busca de la meta. Esto se traduce, en mercadotecnia, en que en una categoría compiten diversas marcas, pero siempre hay dos que pelean al final por la preferencia de los consumidores.
De lo opuesto. Si en un producto se hace énfasis en su fortaleza no será difícil saber su debilidad; pero esa debilidad a la cual será orientada la campaña debe tener cierto grado de verdad.
De la división. Con el tiempo, una categoría se dividirá para convertirse en dos o más categorías. Algunas empresas utilizan la ley de división para tener varias categorías de un producto.
De la perspectiva. Dependiendo de las estrategias que se usen en un producto, pueden surgir efectos negativos en el futuro.
De extensión de línea. Normalmente una empresa intenta extender la marca basada en el éxito de otro producto. Estos intentan ser todo para todos lo que con el tiempo le ocasiona problema.
Del sacrificio. Se tiene que renunciar a algo para conseguir algo. En una empresa hay tres cosas que sacrificar: línea de productos, mercado meta, y cambio constante.
De los attributos. Se debe buscar un atributo diferente al de la competencia. Una vez se haya apoderado se este atributo promover su importancia y de esa forma aumentar su participación.
De la sinceridad. Al admitir un aspecto negativo de un producto debe crearse un beneficio que convenza al cliente de un aspecto positivo de dicho producto.
De la singularidad. Al presentarse un problema en una empresa sólo una alternativa resolverá el problema y no un conjunto o varias alternativas.
De lo impredecible. Una empresa no puede predecir la reacción de su competidor. Una forma de enfrentarse a lo impredecible es lograr ser lo suficientemente flexible en la organización.
Del éxito. El éxito suele llevar a la arrogancia y la arrogancia al fracaso.
Del fracaso. El fracaso es parte de nuestra vida y debemos aceptarlo. Algunas empresas no admiten el fracaso de un producto determinado y al contrario tratan de arreglarlo, lo que con el tiempo lleva al fracaso.
De la nota sensacionalista. Por medio del sensacionalismo lo que se busca es presentar al cliente que sé esta en una situación que realmente no existe. No es lo mismo capturar la imaginación del publico que revolucionar un mercado.
De la aceleración. Un capricho es un fenómeno de corto plazo que puede ser rentable, pero no dura lo suficiente como para producir algo estable a la empresa. Los caprichos en corto plazo aumentan vertiginosamente y en ese mismo plazo disminuyen, en cambio las tendencias suelen aumentar a un largo plazo y con el se convierten en algo estable para la empresa y no tienden a disminuir.
De los recursos. Además de tener una buena idea se necesitan los recursos necesarios para impulsarla.