Las plataformas de entrega de alimentos preparados no dejan de crecer en el Reino Unido de la mano de dos grandes jugadores: Just Eat y Deliveroo. Ambos actúan como intermediarios entre restaurantes y clientes.
Para tomar dimensión del mercado, Just Eat procesó más de 100 millones de pedidos en ese país en 2017, lo que representa el mayor mercado de la compañía.
Allí quiere “jugar” Uber Technologies adquiriendo Deliveroo, según informaron Bloomberg y Financial Times.
El valor del potencial acuerdo aún no se conoce, pero según cálculos de los especialistas citados por los medios estadounidenses, la oferta necesitaría estar considerablemente por encima de la última valuación de Deliveroo.
En efecto, Deliveroo, con sede en Londres, fue valorada en 2017 en más de US$ 2 mil millones después de recaudar US$ 98 millones de inversores privados.
Un mercado en expansión
Desde que comenzó sus servicios en Londres en 2013, Deliveroo se ha expandido a otros 11 países, y planea desembarcar en nuevos mercados en los próximos meses.
La sola mención a la posibilidad de que Deliveroo se una al gigante Uber produjo que las acciones de Just Eat perdieran terreno este viernes (–5,11%). Es que una alianza de esas características es vista como un gran problema para la plataforma británica que, en 2016, había adquirido Hungryhouse.
El otro gran competidor en UK es Domino’s Pizza, que opera bajo la franquicia principal Domino’s Pizza Group. Domino’s tiene una participación significativa en el mercado de comida para llevar.
Algunas versiones periodísticas indican que las conversaciones de adquisición de Deliveroo están en una etapa inicial y podrían fracasar porque la compañía fundada por el ex banquero de inversiones Will Shu es reacia a desprenderse de su independencia.
Dara Khosrowshahi, CEO de Uber, quiere convertir al negocio de entrega de alimentos preparados en una prioridad de la compañía antes de una oferta pública inicial planificada para la segunda mitad de 2019.
Uber dispone de muchos activos después de vender sus negocios en el sudeste de Asia, China y Rusia y su objetivo parece ser doble: comprar competidores y compañías de reparto de comida.