A mitad de la semana, la firma de medios y contenidos para mayores de edad, Playboy reabrió las puertas de un club suyo en Nueva York; de acuerdo con diversos reportes de prensa, durante la fiesta de inauguración, las conejitas ofrecían sushi y champaña.
En el evento, el máximo representante, Ben Kohn, explicó que la empresa está en un muy buen año. Las ganancias de la firma crecieron un 25 por ciento, además de que ven muchas oportunidades de expansión, especialmente en Estados Unidos.
Datos de The Economist así como la propia Playboy señalan que a principios de la década, la circulación de sus revistas era de 1.6 millones a nivel global; cinco años más tarde, el número de contenidos distribuidos se había reducido a la mitad.
Otro dato a destacar, dados a conocer por Morning Consult, es que su público más fuerte proviene del rango de edad de los 55 a los 64 años; al tiempo que el porcentaje más bajo era el de los 18 a los 29 años; esto indicó que la marca no se supo adaptar a la evolución en los hábitos de consumo.
Cinco años atrás, la empresa abandonó su negocio de licencias en el mercado local y se dedicó a invertir en sitios donde la marca aún transmitía cierto aire al excepcionalismo estadounidense. Posee cinco clubes, cafés y cervecerías en el sudeste de Asia y uno en Londres.
Por lo que la inauguración de una cabecera de playa brinda a Playboy Enterprises la oportunidad de reintroducir la marca en el mercado estadounidense. En asociación con Merchants Hospitality, desarrolladora de bares y restaurantes de alta gama en la gran manzana, el club estará parcialmente abierto al público en general, mientras que grandes sectores estarán cerrados para destinarlos exclusivamente a los miembros.
Los clubes ahora son la versión de Playboy de una ‘estrategia de eventos’ que generan actualmente algunos medios; Recode tiene un cónclave de tecnología, The New Yorker tiene un festival anual, al tiempo que The New Yorks Times ofrece horas de viaje con sus periodistas como guías especializados.
El punto es ganar dinero, sin duda, pero también fortalecer el vínculo con quienes son leales a la marca y hacer que resulte más probable que paguen suscripciones, compren productos y prueben los productos de patrocinadores.