Entre las aportaciones de las tecnologías de información a la comunicación organizacional está la facilidad de llegar a audiencias acotadas en tiempo real, con mensajes elaborados ex profeso para cada una de ellas y con un costo marginal. Ello ha revolucionado la comunicación corporativa.
Antes de que esto fuera posible, los mensajes destinados a grandes audiencias eran difundidos en los medios colectivos de comunicación, por lo cual eran muy generales pues su destino eran audiencias heterogéneas.
Hoy en día las empresas cuentan con medios propios para difundir su información, con lo cual tienen la posibilidad de controlar tanto los contenidos como el momento en que lleguen a los receptores.
La aspiración de los comunicadores es ahora una realidad: posibilidad de que los mensajes lleguen a audiencias precisas, controlando los contenidos, para confeccionar “trajes a la medida” de cada stakeholder, así como el momento preciso en el que quiera hacerse contacto con ellos, con posibilidades reales de retroalimentación y todo ello a bajo costo. Con lo anterior, se facilita la comunicación con las audiencias y se abren caminos para que esta interacción efectiva pueda aprovecharse para el posicionamiento corporativo. De facto, toda empresa, independientemente de su giro o tamaño puede erigirse en una “compañía de medios”.
Una Media Company es aquella organización que tiene la capacidad de convertir su conocimiento en contenidos y distribuirlos en sus propios canales de comunicación para mejorar su imagen y amplificar su presencia. Es aquí en donde los canales digitales toman gran relevancia por ser los principales medios que utilizan los diferentes públicos para comunicarse de manera directa con las empresas.
Hoy en día, las organizaciones, sin importar su tamaño o su giro, deben decidirse a dar el paso: evolucionar para convertirse en media companies, no solo porque ello es fundamental para su estrategia de comunicación y negocio, sino porque responde a un compromiso con la sociedad.
Manuel Alonso, experto en comunicación corporativa, las empresas generan conocimiento y compartirlo forma parte de su responsabilidad social. Cuando una organización trasciende en una Media Company, transforma ese conocimiento en contenidos y tiene las herramientas para desarrollar una comunicación más efectiva, directa y personalizada, que impacta en los comportamientos y actitudes de sus públicos de interés.
Algunos ejemplos de propiedades digitales que pueden utilizar una Media Company son: página web, micrositios, redes sociales, wikis y aplicaciones móviles en los que pueden compartir contenidos como: Newsletters, blogs, videos, podcast, chat, webinars, whitepapers, e-books y más. La mayoría de estas iniciativas no requieren de grandes inversiones económicas, pero sí en talento y creatividad.
¿Hacia dónde deben evolucionar las empresas?
Hoy todas las organizaciones tienen la oportunidad de ser una Media Company y aprovechar al máximo los diferentes medios (propios, compartidos, ganados y pagados) de los que dispone para, además de compartir información, generar nuevos conocimientos y destacar frente a sus competidores.
Hay razones muy poderosas que están llevando a las empresas hacia ese camino: por una parte, la forma en que se comunican y consumen información las nuevas generaciones; por otra, contar con una serie de canales propios para ostentar sus atributos distintivos, compartir contenido de valor y construir imagen de liderazgo. En años recientes algunas empresas han aprovechado esta evolución como una gran oportunidad para sobresalir; otras se han resistido al cambio y hoy sólo existe un recuerdo de ellas.
Aunque las marcas decidan no tener una presencia digital, es un hecho que los usuarios ya están hablando de ellas en redes sociales. Estas menciones y/o conversaciones generadas pueden convertirse en una oportunidad para mejorar la reputación o una crisis que destruya la credibilidad.
Cada estrategia de Media Company es distinta, requiere adecuarse a las necesidades de cada empresa, para tener presencia en canales digitales correctos con contenidos hechos a la medida de sus públicos. Los beneficios son notables: una Media Company tiene el control del contenido propio, es líder y referencia en su sector, genera tráfico a su sitio web, blinda su reputación, previene crisis y es transparente ante sus públicos