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99.8 por ciento de negocios/unidades económicas en México son consideradas Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).
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Una Pequeña empresa tiene entre 6 y 10 empleados, con ventas anuales de más de 500 mil pesos y menores a 1.5 millones; una Mediana empresa tiene entre 11 y 100 empleados, con ventas anuales de no más de tres millones de pesos.
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Un gran emprendedor generalmente se define por lo que ha logrado. Conocer más sobre sus éxitos puede ser una forma de obtener inspiración, ya que las historias detrás de sus modelos de negocio, por medio del conocimiento específico sobre cómo lo lograron, cómo superaron los reveses y se negaron a rendirse, es una pauta que otras empresas emergentes pueden aplicar.
Sin embargo, una de las peyorativas mas comunes es la palabra “no”. Cuando un líder empresarial recibe esa respuesta al momento de querer mejorar el alcance de su propia compañía, puede sentir que los sueños que tenía sobre la misma se han frustrado. Ya sea por un inversor poco convencido o por un fracaso inicial que una idea pudo demostrar, lo cierto es que es el catalizador de cambio y la madurez de una PyME no se determina por una sóla situación.
Datos de la consultora Konfío indican que en México hay 4.2 millones de unidades económicas, de las cuales 99.8 por ciento son consideras PyMEs (Pequeñas y medianas empresas). las MiPymes y los emprendedores en el país generan el 80 por ciento del empleo y hasta el 52 por ciento del PIB. Es decir, su importancia no solamente tiene un área de oportunidad, sino que resulta necesario identificar áreas de oportunidad para poder estructurar un trabajo con el objetivo de llevarlas al siguiente nivel requerido para que califiquen como proveedores.
En mercado como Inglaterra, el British Business Bank lanzó una campaña para empoderar a los jefes de las PyMEs y empezar a rechazar el rechazo de los demás. Decirle NO al “no” y armarse con información para explorar una gama de opciones financieras disponibles. Ellos entienden que recibir un “No” como respuesta puede ser un el final de un negocio. Si bien, Cuando se busca financiamiento, escuchar un “no” de un inversor potencial puede ser difícil, no es un rechazo final.
Estos ejemplos pueden servir como inspiración para decirle que NO al rechazo.
- Katy Perry
Katheryn Elizabeth Hudson se enfrentó al “NO” al comienzo de su carrera. El primer sello discográfico con el que firmó, la despidió. Se cambió el nombre artístico a Katy Perry y encontró un sello discográfico que funcionó para ella, vendió más de 40 millones de álbumes en todo el mundo y ser exitosa.
- Steve Jobs
Steve Jobs se enfrentó al rechazo dentro de su propia compañía. Fue expulsado de Apple en 1985 y canalizó sus recursos hacia nuevas empresas. Así, fue como una de estas compañías se fusionó con Apple en 1997 y Jobs volvió a entrar, haciendo de Apple el monstruo comercial que conocemos en la actualidad, con ingresos anuales de 108 mil millones de dólares hasta el momento de su muerte, en 2011.
- Breaking Bad
Haciendo su debut televisivo hace más de una década, Vince Gilligan, creador de la serie, tuvo dificultades en primera instancia para exponer su trabajo a las grandes cadenas de televisión, que solo buscaban “contenido innovador”. Fue hasta la cuarta oportunidad en que Breaking Bad tuvo la “fortuna” de ser tomado en cuenta. Ahora, su trascendencia continúa en múltiples acciones de mercadotecnia.
- Jeff Bezos
El propio Jeff cuenta que, tras fundar su tienda minorista en línea, la primera pregunta de cada inversionista al que presentó su proyecto fue “¿qué es Internet?”. Hoy, las compras digitales tienen en Amazon una primera venta a la que se asoman, de manera casi inmediata.