La moneda turca se recuperaba este lunes desde un mínimo histórico de 7,24 por dólar, al fortalecerse hasta 6,4 por dólar. Sin embargo, al mediodía en Europa volvió a debilitarse hasta a 6,9.
El párrafo anterior describe a la perfección la realidad de las finanzas turcas, con una volatilidad pocas veces vista y que sigue siendo una amenaza para los mercados internacionales.
Este lunes, amanecieron en baja todas las bolsas de Asia y el euro tocó mínimos históricos respecto del dólar.
En ese contexto, el Banco Central de Turquía anunció que se inyectarán al sistema financiero aproximadamente 10.000 millones de liras (unos US$ 6.000 millones) y otros US$ 3.000 millones en liquidez equivalente al oro.
De esta forma se logró un freno transitorio a la devaluación que llega al 20% en una semana y casi al 50% desde que comenzó el 2018.
El domingo, en lugar de calmar la situación de cara a un lunes complicado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, volvió a decir que no elevará las tasas de interés (una recomendación que le hicieron desde el exterior) y habló (mal) de los Estados Unidos.
“No nos rendiremos”, dijo Erdogan en un discurso. Pata luego advertir “Hasta hoy, no hemos hecho nunca nada con mala intención contra los Estados Unidos. Pero si las cosas van así, hay un proverbio árabe: ‘Men dakka dukka’ [el que la hace, la paga], y eso haremos”, advirtió en referencia a Donald Trump.
Según los analistas, la fuerte devaluación de la lira se motiva, en parte, a las tensiones diplomáticas con Estados Unidos. Washington exige a Ankara la liberación del clérigo protestante Andrew Brunson, detenido en Turquía desde hace dos años bajo acusaciones de terrorismo.
En paralelo, el viernes, Donald Trump anunció una duplicación de los aranceles al acero y aluminio de Turquía, hasta el 50% y 20%, respectivamente.
A todo esto hay que sumarle las preocupaciones que hay respecto de si Erdogan podrá controlar la crisis.
La culpa es de Twitter
Como si todo esto fuera poco, se conoció que el gobierno de Turquía investiga a 346 cuentas de redes sociales (la mayoría de Twiter) por publicar mensajes que, supuestamente, provocan una percepción negativa de la economía.
La nota publicada por el ministerio de Interior precisa que las publicaciones investigadas “causaron el aumento de los tipos de cambio” entre el 7 de agosto y este lunes.