Si bien la marca personal de Donald Trump ha sido capaz de generar arrastre popular en campaña política, mítines y ante el electorado que en su país lo colocó como el actual presidente de los Estados Unidos, sus acciones gubernamentales, declaraciones y ocurrencias parecen también restarle popularidad en otros ámbitos que parecía dominar en el pasado, como el de la farándula y el entretenimiento.
Lo anterior viene a colación por los constantes ataques y daños que su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood ha sufrido en recientes ocasiones, hechos que hacen pensar a los autoridades locales en retirarla definitivamente para evitar conflictos posteriores.
El ayuntamiento de West Hollywood, donde se ubica el famoso paseo que exhibe estrellas colocadas en el suelo con los nombres de figuras famosas de la farándula mundial, acaba de votar por unanimidad una petición que harían a la Cámara de Comercio de Hollywood para retirar definitivamente la pieza que hace homenaje al mandatario estadounidense, la cual se colocó por primera vez en 2007.
Para comprender la razón que activistas y el propio concejo local tiene para hacer una solicitud de esta naturaleza, John D’Amico, alcalde interino de West Hollywood, declaró lo siguiente: “Ganar una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood es un honor. Cuando uno menosprecia y ataca a las minorías, los inmigrantes, las personas con discapacidades o las mujeres, el honor ya no existe “.
Además de la petición de la Cámara de Comercio, la solicitud se hace también al condado de Los Angeles, toda vez que esta instancia es la verdadera propietaria de la estrella.
En casos recientes la Cámara de Comercio de Hollywood rechazó solicitudes para eliminar las estrellas de algunos actores que se han visto involucrados, como Trump, en probables abusos contra mujeres o de índole sexual, como Bill Cosby y Kevin Spacey, sin que hayan prosperado tales peticiones.
En el caso de la figura que hace homenaje al mandatario estadounidense las razones son mayores: las propias declaraciones, sus supuestos abusos, sus políticas y el propio vandalismo que se ha repetido en más de dos ocasiones desde 2016, hecho que genera una profunda crisis a la marca personal de Trump y que va más allá tratándose del cargo que ostenta: la marca país de los Estados Unidos.
Y es que hablamos del mandatario del poderoso país, quien que acostumbra dirimir pleitos personales a través de las redes sociales y alternar su mensajes junto con ocurrencias gubernamentales -aún hoy y con el paso del tiempo, su idea de construir un muro en la frontera con México sigue sonando a ocurrencia- y rabietas de una manera indiscriminada… con un líder que posee tales características el riesgo de comprometer la buena imagen de un país entero se hace latente.
Además, la petición de retirar de manera definitiva la estrella en Hollywood involucra, además del vandalismo antes referido, a su probable relación con actos de abuso sexual que han resonado desde que Trump mostró interés en desarrollarse políticamente en su país.