Estamos a cincuenta años del “Movimiento Estudiantil de 1968”, que provocó en México, el inicio de una transformación de la sociedad mexicana y la de sus gobernantes. Como parte de la conmemoración por los 50 años del movimiento del 68, Gaceta UNAM publicará a partir de este mes una serie de suplementos que pretende recuperar trozos de la memoria de lo acontecido durante esos días aciagos.
Se trata de un ejercicio periodístico que, en la medida de lo posible, correrá en paralelo a los sucesos de hace medio siglo.
Podemos expresar que fue un movimiento que se corona 20 años después, con las elecciones de 1988, y con el triunfo del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, quién rompió con el PRI, encabezando la Corriente Democrática de dicho partido.
Cárdenas rompe con el PRI, entre otras cuestiones, por la postulación de Carlos Salinas de Gortari, quién a la postre ganaría, apoyado con el gran fraude electoral conducido por Manuel Bartlett, secretario de gobernación en ese 1988; hoy incomprensiblemente flamante director general de la Comisión Federal de Electricidad, para el sexenio (2018-2024) que encabezará Andrés Manuel Lopez Obrador.
Los jóvenes rebeldes de ayer son impetuosos políticos “Baby Bommers” de hoy
Hoy a 50 años del movimiento estudiantil de 1968 y a 30 años del gran fraude electoral, ganan, esos jóvenes insurrectos, las elecciones de 2018, siendo electo presidente constitucional Andrés Manuel López Obrador, quien también se distinguió como joven insurgente.
Otro joven protagonista de esos acontecimientos (1968 y 1988), fue Pablo Gómez Álvarez, hoy diputado electo, por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Pablo Gómez, participó, como joven rebelde, y de manera destacada en el movimiento estudiantil de 1968; el 2 de octubre fue detenido en la Plaza de las Tres Culturas, y estuvo preso hasta 1971, salió de la cárcel y se integró inmediatamente a la lucha estudiantil, convirtiéndose en uno de los organizadores de la movilización del 10 de junio.
El disparador del Movimiento Estudiantil de 1968
Este movimiento comienza por cuestiones aparentemente estudiantiles, en un pleito entre alumnos de instituciones educativas, la Isaac Ochoterena, incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y las Vocacionales 2 y 5, del Instituto Politécnico Nacional (IPN); todos estos jóvenes en edades entre 15 y 18 años. Ver Gaceta UNAM.
Dicho pleito degeneró en la intervención agresiva y sin control de la policía de la Ciudad de México, representada en esos años por un grupo conocido como los “granaderos”; los cuales ingresan en estas instituciones golpeando, sin ton ni son a alumnos y maestros; esto subió la agresividad, con unos gobernantes a nivel local y federal con tono autoritario, llegando al punto de usar una bazuca destruyendo las puertas centenarias y emblemáticas de la preparatoria de San Ildefonso, identificada como prepa número uno.
Para rematar esos hechos se suscitó la intervención e invasión del ejército mexicano a las instalaciones de la UNAM, llevando al Ing. Javier Barros Sierra, Rector de dicha institución a convocar a una marcha en desagravio a la trastocada autonomía universitaria.
Participación de la juventud mexicana y de la sociedad
A partir de estos hechos se desatan decenas de actos de protesta por parte de la comunidad estudiantil a nivel nacional, preparatorias y universidades, publicas y privadas, jóvenes, en su mayoría, entre los 15 y 25 años con apoyo absoluto de la mayoría de la sociedad mexicana y con una respuesta insensata y desproporcionada de las autoridades, que se concreta en un asesinato masivo el 2 de octubre de 1968; por un gobierno desesperado, al ser México sede del Juegos Olímpicos, consecuentemente sede de miles de deportistas, representando a un poco menos de dos centenas de países, convirtiéndose en una ventana abierta al mundo, y eso era un gran riesgo para el gobierno en turno.
El gobierno era encabezado por Gustavo Díaz Ordaz presidente de la República mexicana y apoyado en estos acontecimientos por Luis Echeverría Álvarez, quien era el secretario de gobernación, para posteriormente ser el presidente de México, en el sexenio que cubre los años de 1970 a 1976.
Jóvenes de ayer, de hoy y del mañana
En todo este avatar de 50 años se han ido forjando múltiples ideas sobre los jóvenes de ayer y de hoy, y existen varios testimonios de que la juventud en México y el mundo será siempre la que enarbole la bandera de la rebelión, de la inconformidad, del cambio, hasta llegar a casos de revoluciones. Bendita juventud de ayer, de hoy y hacemos votos porque así siempre sea.
Una luz brota con juventud reflexiva
Hoy hago énfasis en dos entrevistas realizadas a jóvenes que participaron en exámenes de admisión para el nivel de bachillerato y universitario; en ambos casos tuvo jóvenes que destacaron por su perfecta puntuación; 7 jóvenes que darán su paso al nivel universitario y 3 encaminados al bachillerato. Ambos grupos de jóvenes, por un lado, los universitarios integrantes de la llamada Generación Millennial y los de bachillerato, jóvenes de no más de 16 años, de la ahora flamante “Generación Z”.
A ambos grupos vale la pena verlos, escucharlos, en las entrevistas que medios de comunicación le hicieron; son realmente jóvenes que van más allá del erróneo paradigma que nos señala que son presa de la tecnología, de la indiferencia, de la soledad, y que son individualistas del mundo digital.
Estamos ante unos jóvenes mexicanos preocupados y ocupados por ser mejores; ellos podrán ser fuente de inspiración. A sus 15 o 18 años están profundamente sensibilizados política, económica, social y humanitariamente
Son tres jóvenes que obtuvieron 126 de 128 reactivos en el concurso de selección al bachillerato en la zona metropolitana; conferencia con los medios de comunicación
Y cuatro jóvenes que obtuvieron el puntaje perfecto en el más reciente examen de selección de ingreso a licenciatura, para ingresar a la UNAM; conferencia con los medios de comunicación
El pasado un lugar de referencia más no de residencia
Hay mucho por considerar y asimilar; por un lado y de fondo, el movimiento estudiantil de 1968 buscaba un cambio democrático en el país, mayores libertades políticas y civiles, menor desigualdad y la renuncia del gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que consideraban autoritario.
En 1988 aparecieron las condiciones para un cambio democrático hacia una corriente que enarbola como bandera las causas más nobles de la izquierda, acontecimiento alterado por intereses obscuros; hoy en 2018, llegan al poder total, esos jóvenes de los 60´s y 80´s, hoy adultos de la tercera edad; ellos tienen que recordar el camino recorrido y hacer honor a su lucha por la democratización, por la búsqueda de un país justo, libre; con gobernantes honestos.
De no cumplir con dichos principios, tendrán que tomar en cuenta que hoy hay jóvenes en México, tanto o más democratizados y valientes que lo que ellos fueron, y es obvio muchos de ellos podrían ser sus hijos o quizá hasta sus nietos. Y a ellos habrán de dar cuenta y razón. ¡Que viva hoy siempre la juventud rebelde y valiente!