Whirlpool levantaba la mano a principios de año para que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incluyera en los temas que se tratarían en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) era el de lavadoras importadas.
Medio año después, el gobierno estadounidense impuso aranceles al acero y al aluminio, lo que hizo que los precios de las materias primas se dispararan.
Este asunto ha incrementado los costos de Whirlpool en 350 millones de dólares y ha reducido sus márgenes de ganancia. Los precios del acero en Estados Unidos son 60 por ciento más altos que en el resto del mundo, indicó durante el reporte financiero ante medios, Marc Bitzer, CEO de Whirlpool.
En enero, cuando Trump anunció aranceles sobre las lavadoras importadas, el presidente ejecutivo Marc Bitzer dijo a los analistas: “Esto es, sin lugar a dudas, un catalizador positivo para Whirlpool”.
Ahora, Whirlpool está retrocediendo en sus ánimos proteccionistas. El cambio de dirección de la compañía demuestra las consecuencias involuntarias que los aranceles han sembrado entre los fabricantes y sus cadenas de suministro, cuidadosamente planificadas.
El el 23 de julio, la compañía recortó sus perspectivas de ganancias para 2018 en parte debido a un “entorno de costos muy desafiante”. Las acciones de Whirlpool cayeron 14 por ciento un día después, tras incumplir con las expectativas de Wall Street.
“Los costos mundiales del acero han aumentado sustancialmente y, en particular, en Estados Unidos han alcanzado niveles inexplicables”, dijo Bitzer a los analistas.
La “incertidumbre” en torno a los aranceles adicionales y el comercio mundial ha perturbado la cadena de suministro de Whirlpool y ha aumentado la presión sobre los precios.
Whirlpool y sus rivales, como LG y Samsung, han aumentado los precios de las lavadoras desde que los aranceles entraron en vigor. Eso provocó que algunas personas decidieran no hacer una nueva compra. Los precios de las lavadoras subieron en junio cerca de 20 por ciento respecto al año pasado, de acuerdo con el Departamento de Trabajo estadounidense.
Las ventas de Whirlpool en Estados Unidos cayeron 2.2 por ciento el trimestre pasado, debido a “una demanda del mercado muy lenta”, dijo Bitzer. En Europa, Medio Oriente y África, el segundo mercado más grande de la compañía, las ventas cayeron 12 por ciento.