Las aventuras de los aficionados que hacen todo lo posible para acompañar a sus equipos en las competencias internacionales son una gran oportunidad para la publicidad. El marketing content y el storytelling se han encargado de posicionar a las historias como uno de los referentes más utilizado por la mercadotecnia para conectar con las audiencias, por lo que basar tus contenidos en historias reales da una mayor sensación de pertenencia a las historias.
Hace cuatro años, cinco amigos mexicanos fueron al Mundial de Brasil en 2014, durante la competencia se prometieron que asistirían a la siguiente justa, de tal modo que prepararon el viaje para Rusia; esto según lo contado por los amigos a Gizmodo en Español, compraron un autobús escolar, lo modificaron y lo pintaron con referencias mexicanas.
Según lo declarado, la esposa de uno de los personajes no dejó ir a uno de los amigos a tierras rusas, debido a ello, y a modo de estar completo el grupo, aquellos que sí iban a viajar decidieron imprimir una imagen de cartón en tamaño real; al tiempo de en el pecho de la camisa de la figura se puso el mensaje “Mi vieja no me dejó ir”.
Una vez instalados en la sede mundialista la imagen de cartón llamó la atención de las personas, no importa la nacionalidad, se sorprenden con la figura. Este hecho llamó la atención de los medios y agencias de noticias quienes dieron una amplia cobertura a las vivencias del personaje de cartón.
Con el paso de los días, el amigo faltante de “verdad” reemplazó al de cartón, por lo que el equipo se completó.
Las experiencias del personaje de cartón fueron contadas mediante la prensa y las redes sociales; de tal modo que los contenidos también generaron interés y dieron exposición a una figura que vivió el sueño de una persona, pero que tiene la complejidad de conectar con las personas.
Este hecho da muestra a las marcas que las experiencias de este tipo llaman la atención y que siguen vigentes con el paso de los años, uno de los ejemplos que mejor explican esto es el comercial de “Edgar se cae” elaborado por las galletas Emperador; aunque con la evolución de la publicidad crear una historia resultaría más atractivo.