El consumo masivo en la Argentina llevaba largos meses de retroceso. Sin embargo, sobre el final de 2017 y comienzos de 2018 había amesetado la caída e, incluso, se advertía un mínimo repunte en algunos sectores.
Sin embargo, los meses de abril y mayo no traen una buena noticia. La suba del dólar, que acumula más del 50 por ciento desde febrero, y el aumento de los precios, 12 por ciento entre enero y mayo, está golpeando fuerte.
Además, se registró una importante suba de las tarifas de los servicios públicos, en especial gas natural y energía eléctrica.
Todo esto mermó el poder de consumo de los argentinos, especialmente en los sectores de menor poder adquisitivo.
La recuperación del consumo en los hogares de menores recursos, que se observó en el 2017 y en el primer trimestre de 2018, se frenó abruptamente en el transcurso de los meses de abril y mayo, dice un estudio realizado por la consultora de consumo masivo Kantar Worldpanel.
El más afectado fue el nivel bajo inferior, que nuclea el 17% de los hogares. “Las mejoras de cierre 2017 y principios 2018 se licuaron”, dijo Federico Filipponi, director comercial de la consultora.
Entre las causas, el informe habla de la “aceleración de la inflación de los últimos meses con la consecuente pérdida de salario real”. Explica que los precios de la canasta de consumo masivo pasaron de una variación interanual de un 17% al cierre 2017 a una de un 21% en mayo.
Cuando aumentan los productos de consumo masivo (alimentos, bebidas, limpieza) los que más sufren son los hogares de bajos recursos. Esto es porque en ese estrato social, el consumo masivo es el principal gasto: destinan el 57% de sus ingresos.
Según la investigación de mercado, los hogares del nivel bajo inferior disminuyeron el tamaño de sus compras y dejaron de visitar grandes superficies, como hipermercados o mayoristas. Asimismo, en cada visita al punto de venta, adquirieron un 4% menos de cada categoría.
Y un dato que alarma: “El tamaño de las compras no había caído en los últimos tres años, ni siquiera en 2016, y es una señal fuerte del impacto del contexto adverso de los últimos meses, donde los hogares se ven obligados a bajar la cantidad comprada para afrontar los incrementos de precios”, dijo Filipponi.
Menos bebidas
Hablando de productos, al ajuste más notable la gente lo hizo en las bebidas sin alcohol. “Hay que considerar que bebidas es el grupo de categorías que estos hogares compran con mayor frecuencia”, dice el informe.