El conjunto brasileño está por jugar su tercer compromiso durante la Copa del Mundo en contra de Serbia, en el que definirán los pases del Grupo E a octavos de final. En este duelo, una de las grandes figuras a seguir será Neymar, delantero que con actividades en club francés PSG, ahora se encuentra en el ojo del huracán ante criticas que hablan de su poca estabilidad emocional así como tendencia a simular faltas inexistentes para dar ventaja a su escuadra.
Desde medios indican que incluso en Brasil existe una dualidad sobre el sentimiento que despierta este jugador en la afición. Por ejemplo la BBC reporta “durante el fin de semana fue difícil para cualquier persona interesada en el torneo no tropezar con los memes dirigiendo sarcásticamente las críticas hacia el delantero, especialmente la percepción de que se cae demasiado fácil para simular faltas”, mientras que desde The New York Times refieren que “Neymar está al centro de la polarizada discusión brasileña por su incesante simulación de faltas y su descontrol emocional (se veía a punto de llorar después de la victoria contra la humilde Costa Rica). En Rusia 2018, ha despertado críticas y antipatía”.
Para algunas marcas locales la polarización se ha convertido en una oportunidad para conectar con sus públicos con promociones “poco inusuales” que hacen alusión a la práctica del delantero que ahora es tema de conversación.
Ejemplo claro es lo hecho por el bar Sir Walter Pub, ubicado en Río de Janeiro, el cual anuncio que durante el duelo de la verdeamarela y Serbia, regalará un shot a sus clientes por cada vez que el delantero caiga al suelo.
Desde que se dio a conocer la promoción, el establecimiento ha incrementado la cantidad de sus reservas considerando que el jugador del París Saint Germain también ha sido de los más perseguidos por el rival para cometerle falta; durante los encuentros entre Costa Rica y Suiza el brasileño acumula 14 faltas.
Con esto en mente, es importante mencionar que durante 2017, Neymar se convirtió en el jugador más caro del mundo luego de que el Paris St. Germain pagó al Barcelona más de 200 millones por sumar al jugador a sus filas.