Los ingresos del sector de generación y almacenamiento de energía de Tesla crecen de forma exponencial, a un ritmo similar al volumen de venta de sus vehículos. Según Statista, desde el año fiscal 2015 al año fiscal 2017, pasó de obtener ingresos por generar energía de 14,87 millones de dólares estadounidenses, a 1.116,27 millones.
Esto no hace otra cosa que reforzar la idea de que la marca de Elon Musk ganará, año a año, más mercados.
En ese crecimiento territorial no sólo están incluidos los grandes países desarrollados, sino también los periféricos, como Argentina. El propio Musk publicó en un tuit una fecha, 2020, como año en el que Tesla llegaría al país sudamericano.
2020
— Elon Musk (@elonmusk) 28 de mayo de 2018
En paralelo, fuentes de la empresa aseguraron al diario El Cronista que se tratará de un desembarco “órganico” en el país. Eso significa que en ese año la firma comenzará a preparar el terreno para el desarrollo de un ecosistema de automóviles eléctricos.
“Tesla está comprometida en este proceso de transición que se está viviendo en el mundo hacia el uso de energía limpia. Por eso, no piensa en la venta inmediata de sus autos en la región, sino en crear un entorno en el que el uso de un vehículo eléctrico genere una experiencia placentera en todos los niveles”, indicaron las fuentes consultadas por el mismo medio argentino.
La infraestructura para la llegada de un gigante como Tesla no es la apropiada aún en el país, como en el resto de los de la región. Es casi nula la flota de autos eléctricos y hay sólo un puñado de iniciativas en ese sentido encaradas por la petrolera de mayoría estatal YPF.
Para tener una dimensión, basta decir que será complicado un desembarco cercano si se tiene en cuenta que los precios de los Tesla van de U$S 30.000 a 70.000, un valor imposible de pagar para los argentinos.
En los Estados Unidos y otros países, Tesla está desarrollando una red de estaciones de recarga rápida para que sus usuarios puedan reponer la energía de las baterías en las principales rutas del país. Sólo en Estados Unidos ya hay más de 10 mil de los llamados “supercargadores”.
En Argentina habría que hacer lo mismo. El plan proyecta la creación de un “corredor eléctrico” entre los 700 kilómetros que separan las dos principales ciudades del país: Buenos Aires y Córdoba, con una estación de carga rápida en Rosario, ciudad intermedia.
Estas terminales demoran para cargar un Tesla unos 20 minutos, por lo que están acompañados por diferentes “amenities” para los dueños de los autos.
Según La Voz, por ahora “no existe la regulación adecuada y tampoco se avanzó con la resolución del Ministerio de Energía que habilita la comercialización de energía a través de surtidores eléctricos”.