Poco más de 20 días restan de campaña política en el mercado mexicano y a estas alturas de la contienda se tiene clara línea que los principales candidatos tomaron para conquistar a los votantes. En este sentido, especial atención atrajeron las redes sociales al considerar que este proceso sería el de mayor conexión en toda la historia de México y que el gran nicho de audiencia a conquistar serían los votantes jóvenes.
para explicar el fenómeno, es importante considerar lo que sucede en medios tradicionales, en donde los espacios de exposición se presentan saturados, tendencia que entrega pocas garantías exposición efectiva.
Hasta los primeros 11 días de campaña, estimaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) indicaban que se habrían difundido un total de 93 horas, 29 minutos y 30 segundos de campañas políticas a través de radio y televisión. Es importante mencionar que al comparar esta medición con lo registrado durante el proceso electoral de 2012, se demuestra un aumento del 17.79 por ciento en el tiempo en medios destinado a la publicidad política.
Ante el panorama de competencia que las cifras anteriores reflejan, gran parte de la apuesta se ha orientado a redes sociales, espacios que en diversos momentos del proceso han demostrado la importancia que tiene para el electorado.
Durante los primeros 11 días de campaña,
Durante los primeros 11 dñias de campaña, el gasto promedio diario de cada candidato a la Presidencia de la República fue de tres millones 87 mil 500 pesos, de acuerdo con el INE.
Por ejemplo, según el órgano electoral, el primer debate presidencial fue seguido por la audiencia principalmente por Facebook, red social en la que se registró un volumen de conversación de 70 mil personas por minuto con temas relacionados a política o alguno de los participantes de dicho encuentro. El conteo para Twitter alcanzó 850 mil personas y por YouTube otras 185 mil, lo que se traduce en que cerca de 3 millones 600 mil dispositivos estuvieron conectados para seguir el debate.
Con esto en mente, resulta interesante entender cómo se está capitalizando el poder de las redes sociales dentro de las campañas proselitistas y, aunque es bien sabido que estos espacios ofrecen alternativas de comunicación distintas que pueden resultar en ejecuciones innovadoras, lo cierto es que hasta ahora son dos las técnicas que caracterizan las estrategias de los candidatos: polémicos videos musicales y spots con tintes de telenovela.
Música para ganar en las urnas
Dentro del primer punto e innegable que la música dentro de la publicidad y el marketing juega un papel vital. Explorar entre los jingles más emblemáticos de la historia abre el panorama al respecto, sobre las ventajas en términos de recordación, identificación y empatía de marca que este elemento puede generar.
Sin embargo, aterrizar este elemento en una acción de mercadotecnia o publicidad no resulta tan sencillo como parece. Un estudio realizado por Fiyabit, indica que el 72 por ciento de las personas recuerdan haber escuchado un sonido en un anuncio, pero menos del 40 por ciento lo identifican con la marca correspondiente.
El tema podría tener otras dimensiones cuando se aterriza en el entorno político en donde temas como “La Niña Bien”, “El Chavo Chaka” o “La Chaira Arrepentida” se han apoderado de las redes sociales para defender o criticar a ciertos candidatos.
Aunque estos materiales no han sido explícitamente firmados por los equipos de campaña de los candidatos, es cierto que han tenido juego dentro de la contienda electoral que de una u otra manera a sumado o restado puntos a los abanderados cuando menos en percepción de imagen.
Con todo esto, el ejemplo musical que quizá sea el más emblemático y que causó todo un fenómeno dentro y fuera de redes sociales fue la canción del spot de precampaña de Movimiento Naranja interpretada por Yuawi, la cual piso desde temprano en la mira al partido. De acuerdo con las mediciones de Youtube, durante el primer mes de su publicación en la plataforma, el video oficial sumó más de 25 millones 884 mil 195 views.
Drama, drama, drama
A la música se ha suma un formato de spots que apela a las telenovelas más tradicionales. Desde cierto punto de vista, este tipo de acciones podrían ser acatadas si se consideran los beneficios del storytelling para conquistar a las audiencias.
Desde OneSpot indican que 92 por ciento de consumidores busca a marcas que presenten una historia al momento de lanzar sus productos, ya que sienten mayor conexión con ellas. De hecho, de acuerdo con Headstream, cuando una historia contada por una marca logra ser relevante para el target, el 55 por ciento de los consumidores considera comprar algún producto de la firma en el futuro, mientras que el 15 por ciento realiza la conversión de manera inmediata.
Siguiendo la línea, tendría sentido el lanzamiento de la miniserie “La decisión de Bety” miniserie que cuenta una historia protagonizada por “Bety”, “Andrés” y “Ricardo” misma que, supuestamente basada en hechos y personas reales.
Lanzamiento del primer capítulo de la primera mini serie para teléfono inteligente en campañas electorales. #AVerChamaquito #LaDecisionDeBety pic.twitter.com/paA13IHouM
— Nueva Alianza (@NuevaAlianza) 20 de mayo de 2018
Este esfuerzo forma parte de los spots de Nueva Alianza a favor del candidato de la coalición Todos por México – Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista (PVEM) y Panal-, José Antonio Meade y constará de tres capítulos de 30 segundos.
A esto se suma el material lanzado por la plataforma de acción política Abre Más Los Ojos, dedicada a la divulgación de las propuestas de Andrés Manuel López Obrador, el cual pone en pantalla a un joven que se presenta ante sus padres para confesarles que es un “AMLOver”.
Aunque la música y las historias pueden ser efectivas para impulsar una buena estrategia en redes sociales, es cierto que ambas estrategias parecen quedar cortas para esta contienda electoral.
Es posible que los equipos estratégicos estén desdeñando el verdadero valor que pueden ofrecer las redes sociales, al centrarse únicamente en un tema de formatos y alcance.
Campañas como las de Barack Obama han demostrado que estas plataformas tienen un potencial más extenso y diverso por capitalizar, y aunque para el caso mexicano parece que ya es tarde, podría ser que al cierre de la campaña algún candidato dé la sorpresa.