El escenario social en el que se desempeñan los millennials ha dado paso a todo tipo de incidentes, que han puesto de relieve los desafíos que enfrentan, ya sea por falta de empleo o de una vivienda que se adapte a la estrechez económica que viven estos consumidores.
Dentro del mercado hispanoamericano, un estudio conducido por Casaktua descubrió que el 64 por ciento de los jóvenes de entre 25 y 35 años, tenía el deseo de comprar una casa pero no la capacidad de poder hacerlo.
Frente a este panorama descubrimos historias como la de Michael Retondo, quien fue llevado a juicio por sus padres, para lograr desalojarlo de su casa debido a que no trabajaba ni colaboraba con los gastos de la vivienda.
La historia se viralizó en redes sociales y medios que cubrieron el juicio, llevando a marcas como Villa, a sumarse a la conversación social, luego de que la cadena de restaurantes le ofreció a Retondo un empleo en la cadena y mil 101 dólares, un dólar más que la cantidad ofrecida por sus padres para que desalojara su vivienda.
Un aspecto que llama nuestra atención de la oferta que Villa hizo a Retondo es que la marca dice sentirse empática con los millennials, debido a lo difícil que está la situación para ellos y es que a partir de la identificación es que las marcas deben trabajar sus estrategias de mercadotecnia, desde las necesidades que se encuentran redefiniendo el concepto detrás de estos consumidores, por lo que resulta interesante saber qué aspectos los diferencian del resto del mercado y las oportunidades de trabajo que encuentran las marcas en ello.
