El plan de recorte que General Electric lanzó para llevar adelante en 2018 parece estar dando resultados. Al menos es lo que se puede advertir en los datos del primer trimestre que la compañía dio a conocer este viernes.
Con la idea de ahorrar US$ 2.000 millones este año, la empresa estadounidense presentó hace un año un plan de recorte de empleo. Todo en el marco de las dificultades que tenía para crecer en un escenario donde la energía parece estar buscando nuevas fuentes de aprovisionamiento.
Russell Stokes, director de GE Power, había dicho a mediados de 2017 sobre los recortes: “La decisión es dolorosa, pero necesaria para que respondamos a los problemas que tenemos en el mercado de energía, que está generando volúmenes significativamente menores en productos y servicios”. Y agregó: “Esperamos que este plan nos posicione mejor para 2019 y más allá”.
El tiempo pareciera estar dando la razón a Stokes. En el balance del primer trimestre de 2018, General Electric superó las expectativas de los analistas en sus resultados. Incluso en Wall Street, donde las acciones reaccionaron en la preapertura con una subida del 3%.
Según Investing.com, General Electric elevó sus dividendos a 16 centavos por acción, respecto a los 11 centavos previstos por los analistas. Asimismo, los ingresos totales del grupo en el primer trimestre aumentaron un 7%, hasta los 28.600 millones de dólares, respecto a los 26.800 millones que alcanzó en el mismo periodo de 2017.
“El primer trimestre es un paso adelante en nuestro plan de 2018 y estamos viendo señales de progreso en nuestro desempeño”, dijo el presidente y CEO del grupo, John Flannery.
GW mejoró en términos netos las ganancias industriales, la cantidad de efectivo y los márgenes; y redujo los costos estructurales en 805 millones de dólares. Además, el informe dice que está en camino de superar el objetivo de reducir 2.000 millones de dólares en costos en 2018.
La compañía venía de un trimestre malo. Durante el cuarto del 2017, registró pérdidas de hasta 9.826 millones de dólares, en comparación con el beneficio neto de 3.486 millones que obtuvo en el mismo periodo del año 2016.
No todo tan bien
Si bien en algunos aspectos mejora, la empresa reconoce que el mercado energético sigue siendo su materia pendiente, con un desplome de los pedidos del 29%.
A General Electric le sucede lo mismo que otros gigantes energéticos. En los últimos años cayó la demanda de nuevas centrales térmicas en todos los países ricos y otros clientes redujeron sus inversiones debido al deterioro del mercado y a la incertidumbre sobre las futuras medidas de política climática.
Para peor, la mayor competencia asiática también hizo caer los precios de los productos y servicios que comercializan.
Como explicábamos en Merca2.0 en 2017, un rival de GE, Siemens, por las mismas razones está en un proceso de recorte de cerca de 6.900 empleos, lo que representa cerca del 2 por ciento de su fuerza de trabajo global.
La estrategia de GE es concentrarse en el negocio de aviación (GE Aviation), el de la salud y las energías alternativas, además de simplificar y concentrar su estructura. Saldrá del negocio de fabricar locomotoras, como ya hizo con los electrodomésticos y los plásticos.
