Indudablemente uno de los mayores beneficios de que las empresas organicen eventos corporativos radica en que le conceden a sus empleados, proveedores y socios de negocio, la gran oportunidad de relacionarse con nuevas personas de manera constante. Ya saben que el tema de “Relacionamiento” es algo que me apasiona.
En mi opinión, los vínculos personales tanto a nivel laboral como social son muy valiosos; sin embargo no debemos darlos por hecho, los tenemos que apreciar y sobre todo tenemos que estar conscientes de que es una ardua disciplina fomentar que éstos nexos sean positivos; para ello hay que lograr una verdadera empatía y cuidar el fondo, pero sobre todo el tono y la forma de los temas que abordamos en nuestras diversas conversaciones; aquellos contenidos que por ser altamente controversiales, para muchas personas son considerados: “Temas Prohibidos”.
Si bien es cierto que existen asuntos demasiado sensibles como son: la política, religión, género y fútbol, considero importante liberarnos de tabús y más bien entender que son simplemente “Temas Delicados”. Recuerden que al momento de generar relacionamiento no hay que pretender quedar bien con los demás; me parece vital que cada individuo se sienta libre de emitir sus propias opiniones, juicios y comentarios, pero siempre logrando que sea de manera inteligente y respetuosa: sin ofender, sin lastimar, sin agredir.
Desafortunadamente, muchas personas, en especial jóvenes y adultos, tienden a etiquetar a los otros rápidamente por su apariencia, lo cual me parece un grave error; valoro que lo justo, correcto y conveniente es que nos demos la oportunidad de conocer a la persona que se encuentra debajo de una vestimenta diferente, de tatuajes, de piercings, de un determinado color de piel o de un atuendo religioso. Los estereotipos y arquetipos, nos llevan a generar un prejuicio que en la mayoría de las ocasiones es falso, es simplemente una opinión sin sustento y una causa que afecta profundamente el networking.
Si bien, manifestarte a favor o en contra de algún argumento puede colocarte en una situación vulnerable; es pertinente aprender a diferenciar la línea que existe entre pelear y dialogar. Una discusión se suscita en el momento que neciamente quieras imponer tus ideas sin considerar al otro; por el contrario, conversar pacífica y maduramente, implica que ambas partes puedan aportar su punto de vista y sobre todo, estén dispuestos a escuchar con atención para poder intercambiar conocimientos y opiniones.
De hecho, para alcanzar un relacionamiento activo, es válido que existan diferentes enfoques ya que la diversidad de criterios enriquecen los nexos. Me parece triste que algunas personas por temor a ser juzgadas prefieran el silencio.
Todos merecemos que los demás accedan a conocernos un poco más; ¿no lo crees?, finalmente todos tenemos una historia propia, algo interesante que aportar, independientemente de nuestras raíces y de nuestros rasgos.
Evitemos los convencionalismos que limitan las posibilidades e impiden conocer un mundo más amplio y más rico del que conocemos.
Es estupendo que siempre podamos aprender y complementarnos de los demás!