Donald Trump se ha esforzado por dominar el centro del escenario; sin embargo, el mandatario está involucrado en tantas pruebas de voluntad que se están intensificando tanto a nivel global como doméstico, que se está volviendo imposible llevar la cuenta.
Incontrolado y atacando a sus enemigos, tanto en casa como en el extranjero, Trump cada vez más está exportando la turbulencia que ha dejado exhausta a Washington.
Este lunes inicia otra semana crucial para la presidencial de Trump: altos funcionarios se reúnen bajo la dirección del nuevo asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, para discutir cómo responder al presunto ataque con armas químicas en Siria con el mundo al al borde de un potencial ataque.
El mandatario está llevando a Estados Unidos al borde de una guerra comercial con China, aparentemente superando con mucha ventaja a sus altos consejeros económicos y estableciendo una confrontación pública con el líder de China, Xi Jinping.
Tampoco hay respiro para la Casa Blanca maltratada por la crisis local. Se espera que la elección que hizo Trump del nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, sufra en la audiencia de confirmación este jueves, en la que los demócratas esperan vengarse.
La orden de la semana pasada de enviar tropas de la Guardia Nacional a la frontera sur, hecha por Trump, para responder a lo que los críticos ven como una crisis inexistente, polarizó aún más un enfrentamiento por el tema de inmigración en Washington que probablemente empeorará en los próximos días.