Para quienes crecieron en la década de los noventa y primera de los dos mil, el ir a una tienda de discos (o puesto en un bazar) para comprar un disco compacto o CD era algo común ya que era el formato más comercial, pero desde el surgimiento del formato digital, esto cambió.
En la actualidad, la mayor parte de la música que escuchan las personas es desde una computadora o dispositivo móvil por lo que la venta de discos se ha desplomado radicalmente, sólo el valor en retail de envíos de CD’s en Estados Unidos pasó de 13 mil 210 millones de dólares en el año 2000 a sólo 430 millones en 2017, de acuerdo con datos proyectados en Statista.
Todo supondría que la venta de discos para descarga en formato digital se dispararía y, aunque tuvo un buen pero muy breve momento, esto no ha sido así, de hecho, de acuerdo con el reporte más reciente de la Recording Industry Association of America (RIAA) los CD’s y discos de vinyl generaron más ingresos durante 2017 que las descargas digitales de canciones o discos; 17 por 15 por ciento, respectivamente.
Según el reporte, las ventas de discos en formato físico alcanzaron los mil 500 millones de dólares, sí, siguen en picada, pero lo interesante aquí es que superaron a los ingresos por descargas digitales, que representaron mil 300 mil millones, y una caída de 25 por ciento.
La respuesta es simple. La gente no está dispuesta a invertir en un archivo descargable si lo puede tener todo en la nube. Todos sabemos que los servicios de mística por streaming no paran de ganar suscriptores; Spotify tiene más de 140 millones de usuarios, de los cuales más de 60 millones son de su servicio de pago, mientras que Apple Music tiene más de 36 millones y son sólo los principales, también están Pandora, Google Play, Prime Music (de Amazon), entre otras.
En la actualidad, el streaming gobierna el 65 por ciento de distribución de música, cerca de dos tercera partes del total generado en 2017, sólo en Estados Unidos se reprodujeron más de 300 mil millones de canciones durante el último año.
