Por Luis Miguel MartĂnez
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@lmuia
Las telecomunicaciones juegan un papel fundamental en el desarrollo de un paĂs. En retrospectiva, Roma construyĂł su imperio con el sustento de una extensa red de comunicaciones. Los caminos fueron estandarizados y con mucha razĂłn, aĂşn se dice que “todos los caminos llevan a Roma”. La creaciĂłn de la Internet estuvo inspirada en las grandes carreteras en Estados Unidos, una vez que el padre de Albert Gore construyĂł esa infraestructura y motivĂł en su hijo la idea que la infraestructura genera progreso. Hoy en dĂa, el binomio de las Telecomunicaciones y de las TecnologĂas de InformaciĂłn y ComunicaciĂłn (TICs), juega un papel crĂtico en la sociedad y economĂa.
Durante la ReuniĂłn de Plenipotenciarios de la UniĂłn Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en Guadalajara, se confirmĂł y demostrĂł que Ă©ste binomio virtuoso es un factor de impacto positivo en la innovaciĂłn, crecimiento, y productividad global. Al igual que en tiempos de Roma, hoy con gusto volvemos a descubrir que la malla social se entreteje con vĂnculos de comunicaciĂłn. Las vĂas romanas se transformaron en enlaces inalámbricos y redes de nueva generaciĂłn. A diferencia de los tiempos de Asterix y Obelix cuando la infraestructura (los caminos) se construĂa y el contenido (las legiones y caravanas) llegaba a utilizarla tiempo despuĂ©s; hoy la convergencia (digital) facilita que el contenido configure a la infraestructura y viceversa. Probablemente, se estĂ© construyendo la tecnologĂa adaptativa más importante del siglo, cimentada en la digitalizaciĂłn.
Desafortunadamente, el mundo ideal digitalizado en la mente de los tecnĂłcratas y de los reguladores compulsivos deja a muchos atrás, aquellos que por disparidades econĂłmicas o de acceso al conocimiento quedan relegados del acceso a la tecnologĂa, estos marginados digitales, habitantes de un ghetto virtual, señalados por la incapacidad de comprar en una tienda digital, hacer un trámite de gobierno en un kiosco electrĂłnico o reservar un sitio en un autobĂşs; reniegan de la brecha digital -aĂşn cuando no la llaman asĂ. El apagĂłn analĂłgico, que en el hipotĂ©tico escenario que sea mal implementado, dejarĂa a muchos en la obscuridad del contenido televisivo, si no son parte del Territorio Satelital o de aquel de la televisiĂłn por cable.
El binomio virtuoso ya no depende más de las curiosas mentes de ingenieros o de matemáticos que desarrollan mĂ©todos de compresiĂłn -como pintores de puentes invisibles en el cuadro del mundo digital y analĂłgico. Tampoco depende de los comunicadores que elaboran productos de consumo masivo, envidia de muchas tecnologĂas; ni de los reguladores que ante el dilema Ă©tico de la censura se debaten entre la ceguera inducida o la rigidez del establishment. El binomio virtuoso como ying-yang de la tecnologĂa se construye en el contexto de la inter / multi y transdisciplinariedad digna de un ensayo de Morin. Este binomio holĂstico nos permitirá gozar en poco tiempo de mejores servicios gubernamentales /* como en aquellos estados donde hay una agenda digital definida */, acceso a mejor salud, educaciĂłn y ambiente.
Al avanzar en reconocer a los “otros” y hacerse saber que “ellos” son parte de este entorno convergente binomial, nos aproximamos a gozar del beneficio máximo de las telecomunicaciones que al igual que en Roma, nos permitirá construir el mundo que heredaremos. Estemos atentos para gozar cada vez más del libre tráfico de ideas y de opiniones.
No te desconectes y visita las páginas de las diversas organizaciones que además de la UIT gobiernan Internet, tales como ICANN e ISOC.
Para leer recomendamos la tesis de la transdiciplinariedad de Edgar Morin y sus trabajos sobre el pensamiento complejo.
Sobre el autor
Luis Miguel MartĂnez es acadĂ©mico e investigador en la Universidad Iberoamericana. Diseña estaciones de radio, dispositivos electrĂłnicos y sistemas de mediciĂłn industrial; estudia el impacto de la tecnologĂa en nuestra sociedad e investiga sobre las redes sociales y sus aplicaciones. Es escritor de libros y artĂculos. Es fiel creyente en el desarrollo en comunidad y el cĂłdigo abierto.
Otras columnas del autor:
M4rk3t1ng B1n4r10: Redes, nodos y ligas
M4rk3t1ng B1n4r10: ¿Qué tanto debemos ser iguales?