“No hay marcha atrás para nuestro planeta”. Así de contundente fueron algunas de las últimas palabras del físico teórico Stephen Hawking en relación con el tiempo de vida que le resta a la humanidad en la Tierra.
El científico también planteó un proyecto para comenzar a buscar estrellas habitables como Alpha Centauri, considerado el sistema estelar más cercano a la Tierra. Está a 4,3 años luz de distancia y está formado por las estrellas Alpha Centauri A y Alpha Centauri B, más la enana roja Proxima Centauri.
Hawking pedía patrocinios para avanzar en la investigación.
A la conferencia la dio en 2017, a través de un video enlace en la Cumbre Tencent WE celebrada en Pekín. Dijo que necesitaba fondos para respaldar el proyecto y establecer las bases para empezar a planear vuelos tripulados al nuevo destino.
Para Stephen Hawking, el fin de la Tierra tenía una fecha cierta: el 2600, dentro de 600 años.
Su teoría del Armagedón se basaba, principalmente, en la combinación de dos factores: un incremento desproporcionado de la población y una elevada demanda de energía.
El proyecto de búsqueda de un nuevo hogar para la humanidad se llamó Breakthrough Starshot. A través de la iniciativa, Hawking apuntaba a enviar al espacio una sonda muy pequeña que sería capaz de llegar a Alfa Centauri en 20 años, y a Marte en pocas horas.
Un legado enorme
Hawking falleció este martes por la noche en su casa de Cambridge, a la edad de 76 años. El profesor desafió las predicciones de los médicos, que apuntaban que solo viviría unos años después de que le diagnosticaran una forma atípica de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que ataca a las neuronas motoras encargadas de controlar los movimientos voluntarios y que lo dejó en silla de ruedas.
Pasará a la historia por su trabajo sobre los agujeros negros y la relatividad, así como por los populares libros divulgativos de los que fue autor, entre ellos el popular Breve historia del tiempo, publicado en 1988 y que ha vendido más de diez millones de copias.
