¿Día de la Madre a fuerza el 10 de mayo? ¿El Día del Amor solamente el 14 de febrero? ¿El Día del Padre tiene que ser siempre el tercer domingo de junio?
¿Por qué tuvimos (o tenemos) que asignar días fijos para celebrar o conmemorar algo o a alguien con lo que convivimos en nuestra vida?
Hay quien insiste que la celebración de todos estos días no sirve más que para generar más ventas a favor de las tiendas y los productos que venden. O sea, que le dan un fin exclusivamente comercial, perdiendo la esencia o motivo real para lo cual se asignó esa fecha en especial. Sin engañarnos, es una ventana de oportunidad para que las marcas de determinados tipos de producto o servicio aprovechen para subir las ventas. Sobre todo en los días como los que les mencioné al inicio de la columna o en la época de navidad, Día del Niño u otros días que se nos vayan ocurriendo.
En todo el año no descansamos y encontramos otros días internacionales, aparte de los tradicionales. Tan solo unos ejemplos que probablemente no conocías:
4 de enero: Día Mundial del Espaguetti.
5 de febrero: Día Mundial de la Nutella.
13 de febrero: Día Mundial del Soltero.
2 de marzo: Día Mundial de lo Retro.
20 de marzo: Día Internacional de la Felicidad.
13 de abril: Día Internacional del Beso.
19 de abril: Día Mundial de la bicicleta.
19 de abril: Día Mundial de los Simpsons.
4 de mayo: Día de Star Wars.
4 de junio: Día Mundial del Queso.
7 de junio: Día del Helado de Chocolate.
11 de junio: Día Mundial de las Vacaciones.
18 de junio: Día Internacional del Sushi.
21 de junio: Día de la Música.
25 de junio: Día Mundial de los Pitufos.
25 de junio: Día Global de Los Beatles.
28 de junio: Día del Orgullo LGTB+.
13 de julio: Día Mundial del Rock.
24 de julio: Día Internacional del Tequila.
3 de agosto: Día Internacional de la Cerveza.
8 de agosto: Día Mundial del Gato.
12 de agosto: Día internacional de la Juventud.
Y así podemos seguir y seguir. Dale una mirada a la lista. Cada uno de los eventos es una oportunidad comercial y de difusión publicitaria que es aprovechable por categoría de producto o por el segmento al que puede ser dirigido de forma muy específica. Pero no son solamente estos días los que deben encontrarse en nuestro “Calendario del Publicista”.
Hay otros días que no tienen una fin comercial y que tienen un tono más social (aunque haya marcas que buscan aprovecharlos también en pro de su imagen institucional). Como la celebración de ayer: El Día Internacional de la Mujer. No, no me estoy subiendo al “tren”, más bien sugiero que nos bajemos y pensemos en la condición de las mujeres más allá de un día.
Hace una semana navegando en Facebook, me topé con un post de una amiga/ex alumna que contaba una experiencia y externaba su molestia a partir de ella. Tenía que ver con un acoso que había sufrido en la calle cuando, hasta ese momento, tranquilamente iba caminando a una junta de trabajo. Puede parecer un problema simple a primera vista, pero hay mucho de fondo. ¿Comunicando un hashtag hacemos conciencia sobre el problema? ¿Solidarizándonos en redes hace que un imbécil deje de acosar a mujeres? ¿Por qué tendríamos que recordar solo el 8 de marzo para denunciar hechos en contra de ellas o para dar apoyo y reconocimiento a las mujeres?
¿El problema se limita al acoso hacia las mujeres? No. Hay mucho más. Y frente a esto hay que actuar. hombres y mujeres, juntos. Sobre todo los que tenemos mucha responsabilidad en lo que comunicamos a la sociedad como publicistas, comunicólogos, mercadólogos, creativos, productores, representantes de una marca.
Porque como dice el lema de la celebración de este año: “Ahora es el momento”. Ahora es el momento para empoderar a las mujeres. Ahora es el momento de detener la cosificación de las mujeres en la publicidad. Ahora es el momento de no estereotipar o etiquetar a las mujeres por lo que usan, compran o consumen. Ahora es el momento para entender que la campaña de la organización ONE (#POVERTY IS SEXIST) tiene mucho sentido, porque en ninguna parte del mundo las mujeres tienen oportunidades como los hombres, pero que en los países en los que existe pobreza, como México, esta inequidad es mucho mayor.
Tú, el que me lees; tal vez tengas alguna hermana, novia, esposa, vecina, compañera de trabajo, amante, jefa, hija o abuela (si es que la tienes). No eres ajeno a lo que pasa y ves diario. AHORA ES EL MOMENTO de bajarnos del tren y actuar día a día desde donde nos toca.