Con historia desde 1952, KFC es una de las marcas más icónicas del segmento fast food alrededor del mundo. Desde sus inicios, la firma ha estado acompañada por el emblemático Coronel Sanders, personaje que ha dado identidad a la empresa por más de 60 años. Nop obstante, ahora la icónica imagen ha sido reemplazada.
Tal y como reportan medios como Usa Today, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la cadena de pollo frito, reemplazó al Coronel Sander como el rostro de la compañía, por la imagen de su esposa Claudia Sanders, a manera de homenaje para honrar a todas las mujeres que respaldan a dicha organización.
El cambio fue evidente en Malasia, mercado en el que el sitio web de la marca explica el cambio con las siguientes palabras:
“Es difícil de imaginar, pero KFC no estaría donde está hoy si no fuera por Claudia, esposa del coronel Sanders. Mientras el Coronel creaba la receta secreta y dirigía la compañía, la Sra. Sanders mezcló e incluso envió las especias a restaurantes de todo el país, a menudo hasta altas horas de la noche. En este Día Internacional de la Mujer, rendimos homenaje a Claudia Sanders por su papel en la elaboración del pollo frito favorito de Malasia. Y a cada mujer cuyas ideas, trabajo duro y pasión contribuyen a hacer del mundo un lugar mejor. Gracias”.
La tónica de este esfuerzo puede considerarse como un seguimiento a la campaña que la firma lanzó a principios de este año cuando convertido a la cantante de música country, Reba McEntire, en la primera Coronel Sanders.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera la igualdad de condiciones por género como una problemática que se debe atender, de hecho, promueve el women empowerment con el objeto de “crear economías más fuertes, lograr los objetivos de desarrollo, convenidos internacionalmente y mejorar la calidad de vida de las mujeres, las familias y las comunidades”.
Con este tipo de acciones, KFC intenta sumarse a esta causa que, en más de un sentido ha ganado especial relevancia a los ojos del consumidor.
El desafío para esta y el resto de las marca que intentan ser parte del empoderamiento femenino está en no caer en halagos que se conviertan en estereotipos o clichés sociales, mismos que antes que beneficiar la comunicación terminarán por ser un freno para asociar la marca a una buena causa