La presencia de plataformas como Netflix, Hulu, Amazon Prime Video, incluso YouTube Red ya incomodan en demasía a las grandes cadenas de medios. Sin embargo, su impacto podría estar sobreestimado.
Es un hecho que el imparable crecimiento de los servicios de Video on Demand (VoD) y Video Streaming on Demand (SVoD) motivado por un evidente cambio en los hábitos de consumo de contenidos audiovisuales -principalmente por la generación millennial y Z- ha motivado el debate si la televisión, en particular la TV de paga tiene sus días contados.
Con más de 109 millones de suscritores a nivel mundial e ingresos que superan los 8 mil 830 millones de dólares, Netflix es el indiscutible líder de las plataformas streaming. No obstante, otros servicios como Amazon Prime Video, Hulu y demás servicios están creciendo y ganando interés del público.
Su presencia ha incomodado tanto, especialmente por su crecimiento en cuanto a la producción de contenidos originales como series y películas, han motivado la especulación del advenimiento de un ‘Peak TV’, motivado por una sobresaturación de producciones.
Si se produjera esto, muy probablemente las cadenas de televisión serían las más afectadas, pues no es un secreto que los ratones van en descenso en muchos casos. La razón se ha encontrado en que las audiencias están cambiando sus hábitos de consumo de contenidos audiovisuales, especialmente entre los más jóvenes.
Esto supondría que la televisión tendría sus días contados. Pero, una reciente encuesta entre consumidores en Estados Unidos, realizada por Raymond James Financial, Inc. revela que el impacto de servicios como Netflix, Hulu o Amazon Prime Video podría estar sobre estimado.
Lo anterior debido a que los dos formatos aún tiene espacio para coexistir. Según los resultados, el 55 por ciento de las personas no tiene planes de cancelar sus servicios de TV de paga en el presente año. Más aún, la firma financiera señala que se debe tener muy presente que “la propensión al cambio históricamente no se ha confirmado en el corto plazo”.
Su argumento tiene solidez, sólo en el mercado estadounidense, proyecciones de eMarketer señalan que más del 75 por ciento de los hogares contarán con una suscripción a un servicio de TV de paga y que se mantenga por encima del 70 por ciento hasta 2020.
Esta tendencia, aunque con sus particularidades (que valdría la pena analizar en otro contenido) se mantiene en otros mercados. En México, por ejemplo, existen -hasta 2017- más de 20 millones de suscriptores de televisión cerrada, según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Y, aunque son muchos los estados que apuntan señales claras por la disminución de la TV de paga, debido a que los usuarios prefieren adquirir servicios de streaming, en países como Chile, el formato de TV cerrada incluso creció un 10 por ciento en el último año.
Dado este contexto, podemos concluir que no se puede negar un evidente avance de los servicios de streaming y que con el tiempo las personas preferirán cada vez más este formato.
No obstante, la TV de paga aún tiene grandes oportunidades para mantenerse vigente. Primero, debe encontrar un modelo de comercialización y venta de espacios para anunciantes para suprimir esa saturación de publicidad que tanto aleja a las audiencias (el 40 por ciento de los encuestados por Raymond James dijo que opta el streaming para evitar los comerciales).
Y, segundo, encontrar una estrategia que les permita explotar de una mejor manera sus principales fortalezas; según la encuesta de la firma financiera, las principales razones de las personas para ver televisión ‘convencional’ son los deportes y las noticias. Entonces, si saben aprovechar esta fortaleza (antes que los OTT lo hagan -ya comienzan-) lograrán mantenerse atractivos para los públicos.