Durante octubre del año pasado, el estudio cinematográfico The Weistein Company decidió despedir a su presidente y cofundador, Harvey Weinstein, quien enfrenta varias acusaciones de mujeres que lo señalan por acoso durante casi 30 años.
La marca personal de este hombre quedó disminuida a la de depredador sexual en la industria del entretenimiento. Incluso la mexicana Salma Hayek lo acusó, en un artículo para The New York Times.
Pero la principal impulsora de las acusaciones fue Rose McGowan, quien incluso narró con detalle el abuso sexual del que fue víctima.
Luego de la narración de la actriz, Ben Brafman, el abogado Weinstein, emitió un comunicado en el que afirma que no hay evidencia del delito denunciado.
La empresa ha sido popular durante meses por se escándalo, por lo que derivó en que fracasaran las negociaciones para su venta. El Consejo de administración de The Weinstein Company buscó un acuerdo que le ayudara a evitar la quiebra después de más de 70 acusaciones de mujeres.
Sin embargo, finalmente el grupo de cine y televisión de Nueva York se declaró en quiebra, al no hallar acuerdo que le beneficiara.
El Consejo compartió en un comunicado, a periódicos como el San Francisco Chronicle y Los Angeles Times, que:
A fecha de hoy, dichas negociaciones concluyeron sin la firma de un acuerdo
Así, la empresa no tuvo “otra elección que buscar su única opción viable para maximizar el valor restante de la empresa: un proceso ordenado de quiebra”.