Pese a las variables y crisis económicas, este segmento sigue en constante crecimiento en nuestro país, llegando de manera puntual a un consumidor exigente y conocedor, sin tener que salir de México.
Si bien la recesión mundial impactó todos los sectores de consumo del mundo, el mercado de las marcas de lujo en México mantuvo un crecimiento en prácticamente todos los segmentos, desde artículos de ropa, calzado, perfumería, relojería y joyería, hasta la rama inmobiliaria de hoteles y desarrollos, automóviles y motocicletas.
De este modo, aún cuando las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), estiman en cerca 9 millones el número de mexicanos que se ubica dentro del estrato socioeconómico “VII”, es decir, el más favorable en cuanto ingresos en el país –sólo el 8.36 por ciento de la población–, el mercado de lujo en México es un negocio redondo para las marcas: “Uno de cada 10 mexicanos es suficiente para sostener el consumo de artículos de lujo en el país”, afirma Jorge Puentes, director general de Montblanc en México, agregando que “México representa para Europa un mercado maduro que gusta de las buenas marcas de ropa, coches, comida y accesorios”.
La crisis global, ¿sólo una pausa?
Sin embargo, la crisis representó un parteaguas en este segmento, pues si bien limitó los viajes al extranjero por parte de los consumidores que iban de “shopping” a otras latitudes para tener acceso a marcas de renombre, obligó al consumidor nacional a voltear al mercado doméstico: “Hubo excesos en el lujo a nivel mundial, de hecho era un indicador previo a la crisis global, había mucho dinero y la gente tenía la ilusión de poseer dinero que en realidad no tenía. El consumidor es más racional y menos emocional, está cada vez más informado, tiene una fuerza muy grande y eso pone a prueba a las marcas, aunque los mercados emergentes siempre están en boom, como el caso de México, señala Pedro Neuman, director de las marcas de relojería Frédérique Constant y Alpina en nuestro país.
*Más detalles de este artículo en la edición de OCTUBRE de Merca2.0
Por Jorge García.