A finales de 2016, una de las noticias que estremecía el entorno mediático era la contratación por parte de CNN de Casey Neistat, popular youtuber que en aquel momento contaba con 5 millones 861 mil suscriptores dentro de su canal en Youtube.
El movimiento de la reconocida cadena de comunicación era evidente; sumar a Neistat era un movimiento ante el terreno que espacios digitales de entreteniendo -tales como la plataforma de video Google- comenzaban a ganar alrededor del interés de las audiencias, sobre todo, entre los públicos más jóvenes.
Cifras entregadas por comScore y BARB indicaban que durante 2016, el 41 por ciento de los consumidores de 18 y 34 años elegirían a Youtube como medio de dispersión antes que a cualquier canal de televisión; sólo el 27 por ciento de estas audiencias habrían preferido consumir contenidos mediante transmisiones televisivas convencionales.
La contratación de la celeridad que habría nacido en Youtube, vendría acompañada de la compra de la red social BEME, misma que diseñada, lanzada y promocionada por el propio vlogger, intentaba desde 2015 competir con Snapchat con un formato similar de entrega de información efímera así como una base de seguidores que sumaba poco más 5.8 millones de suscriptores, hasta el momento de la compra.
De esta manera, la plataforma de Neistat sería el vehículo mediante el cual se llevarían noticias y contenido de interés a las nuevas generaciones mediante formatos que prometían adaptarse a los hábitos de consumo actuales, proyecto que vería luz a principios del año pasado.
Lo que parecía una buena estrategia para ser parte de la revolución resultó para CNN una pérdida de 25 millones de dólares, cifra pagada por la compra de BEME. Así lo revela un reporte entregado por Business Insider, el cual detalla que desde ahora, a poco más de unaño que arrancará formalmente este proyecto, la relación entre Casey Neistat y CNN se rompió, al tiempo que la plataforma de BEME fue cerrada.
El aún popular video blogger publicó un video en redes sociales en el cual hace referencia a su salida de la central de información.
Más allá de lo que sucederá con el youtuber y su equipo de trabajo, el caso anterior demuestra el control que los grandes digitales -entre los que se podría incluir a Snapchat y WhatsApp- tienen en términos de distribución de información y la necesidad de las marcas así como medios de crear mecanismos o plataformas propias no como un elemento complementario a canales como Facebook o Twitter, sino como una acción prioritaria para mantener relevancia en la actualidad.
Mientras que BEME perdió toda relevancia en menos de dos años, Snapchat se convirtió en una de las plataformas referencia en la era actual con 178 millones de usuarios diarios y 935.5 millones de dólares en ingresos publicitarios, según cifras de Statista.