Para nadie es un secreto que desde el proceso de campaña, Twitter se convirtió en una de las principales herramientas de comunicación para el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El poder e influencia que tienen los mensajes enviados por el mandatario a través de dicha plataforma ha quedado demostrado en más de una ocasión. Decisiones como el retiro de inversiones de Ford en el mercado mexicano se atribuyeron en buena medida a las presiones del presidente mediante dicha red social.

Para medir el impacto y alcance basta con reconocer que de acuerdo con lo dicho por el analista James Cakmak, de Monness Crespi Hardt & Co, en una entrevista para Bloomberg, si Donald Trump dejara de utilizar su perfil, Twitter perdería alrededor de 2 mil millones de dólares, lo que provocaría una descenso en el precio de las acciones; por lo que se trataría de una sexta parte del valor comercial de la red social, misma que está estimada en 11 mil 900 millones de dólares.

Hoy se cumple un año de la toma de posición del actual ocupante de la Casa Blanca y resulta interesante revisar los números que giran alrededor de su actividad en Twitter.

De acuerdo con el sitio Trump Twitter Archive, durante los último doce meses Trump envió un total de 2 mil 600 mensajes públicos mediante la red social, lo que se traduce en un promedio de 7 tweets diarios.

Entre los términos, medios y marcas que destacan se encuentran el fenómeno de las fake news con 184 menciones; Fox News con 170; The New York Times, CNN y la NBC con un total de 103 menciones en conjunto, mientras que Rusia se quedó con 104 referencias.

En cuando a la palabra México, la palabra fue utilizado en 16 mensajes, al tiempo que sus publicaciones en las que se mencionó el muro ascendieron a 33.

Si hablamos del todo de sus conversaciones, las palabras recurrentes utilizadas por el presidente resultan bastante particulares:

• Perdedor con 234 menciones
• Tonto con 222 menciones
• Estúpido con 183 menciones
• Débil con 156 menciones
• Aburrido con 91 menciones

Las cifras anteriores dejan en claro no sólo la importancia que tiene Twitter para Trump, sino también la línea de gestión que el mandatario ha adoptado para construir su imagen desde el terreno digital, que aunque para muchos resulta polémica y lejos de los cánones políticos, vista desde los intereses del funcionario parece funcionar.