El uso de la inteligencia artificial se encuentra en un proceso de consolidación el cual resulta ser la apuesta de múltiples sectores de cara a la próxima década; por lo que poco a poco se empiezan a lanzar una diversidad de productos autónomos, desde vehículos hasta aspiradoras.

Asimismo, la apuesta de este tipo de desarrolladores está en la imagen de los robots, los cuales tienen que ser amigables para generar confianza y aceptación entre las personas, al tiempo otra de las metas en el corto plazo tiene que ver con la multifunción de resolver diversos problemas al mismo tiempo.

De acuerdo con datos de Statista y Grand View Research, los ingresos directos del mercado de la inteligencia artificial durante 2017 fueron de mil millones de dólares; al tiempo que para este año dicha cifra se incrementará en 600 millones de dólares; mientras que la tendencia en la década entrante se detonará hasta los 35 mil 870 millones para 2025.

A su vez, se calcula que los ingresos derivados de los robots se incrementarán de 3 mil 700 millones de dólares en 2015 a los 15 mil millones para 2020, según IHS Markit. Este indicador también incluye máquinas profesionales así como productos de uso doméstico.

Uno de los ejemplos más significativos en estos tiempos es el trabajo de la firma Hanson Robotics, empresa a cargo de David Hanson y cuyo producto insignia es la robot Sophia; esta compañía combina los avances en inteligencia artificial y los conocimientos en el diseño de juguetes, electrónica y producción para construir robots humanoides, mismos que cuentan con aptitudes sociales y expresiones faciales capaces de ganarse la confianza de las personas con las que interactúan.

Además de su obra maestre, que durante el CES de Las Vegas estrenó su nueva aptitud, se trata de unas piernas rectangulares que le permiten transportarse lentamente; la empresa cuenta con otra serie de productos, tal como lo es la figura de Albert Einstein, con todo y bigote y cabello blanco, un robot denominado Alice, que transmite emociones con sus expresiones así como otro muy parecido al autor de obras de ciencia ficción Philip K. Dick; todos estos modelos son capaces de pestañear, sonreír e incluso hacer bromas.

Entre los principales inversionistas de la empresa está Disney, entre los trabajos entre ambas firmas se encuentran las atracciones Pooh’s Hunny Hunt y Mermaid Lagoon.

De igual forma, la construcción de los robots de Hanson Robotics, muy parecidos a lo humanos, tiene la finalidad de combatir los temores a los mismos, a la inteligencia artificial así como a la automatización. Esto va en contra de la tendencia de la industria, en la que se usan simpáticos robots como mascotas, o con aspectos de máquina, como el personaje de Star Wars, R2-D2, para evitar que tengan aspectos similares a modelos de cera que mucha gente encuentra repulsivos, según una publicación de la agencia AP.

No obstante, algunos expertos opinan que Sophia es tan solo una maniobra publicitaria, sin embargo, la popularidad de la misma, la ciudadanía saudí que adquirió durante 2017, así como la generación de otros doce modelos parecidos, nos indican que este tipo de mercancías tienen una elevada aceptación por parte de los consumidores, quienes poco a poco se familiarizan con productos autónomos e inteligentes.