Arabia Saudita (o Saudi Arabia) es el principal país productor de petróleo en el mundo, produce más de 11 millones 590 mil barriles por día, por encima de Estados Unidos 11 millones 270 mil bpd), Rusia (10 millones 050 mil bpd), y China (4 millones 180 mil bpd), según datos publicados en The World Factbook.
No obstante, el país árabe está apunto de hacer un cambio histórico, pues este año prevé licitar la construcción de su primera planta de energía nuclear, algo que no había hacho antes y que romper con su tradición petrolera.
Según un reporte de Reuters, Arabia Saudita tiene contemplado realizar la precalificación de compañías entre abril y mayo y, de acuerdo con Bloomberg, será en diciembre cuando adjudique el contrato a la o las compañías ganadoras para la construcción del complejo nuclear.
De acuerdo con la información disponible, se sabe que hasta el momento de han cinco países han manifestado su interés por participar en el proceso de selección: China, Francia, Estados Unidos, Corea del Sur y Rusia.
Los planes de Arabia Saudita son que el próximo año se inicie la construcción de la planta nuclear que incluirá los dos primeros reactores en el país árabe. Y se espera que inicie operaciones para 2027.
Parte un mal presagio para el petróleo, y no es que se vaya a acabar pronto, pero se sabe que llegará el punto en el que comience a disminuir radicalmente la cantidad de producción, situación que se combinará con los cambios en los hábitos de consumo de las sociedades, cada vez más preocupadas por el impacto ambiental y el consumo de productos no contaminantes.
Uno de los sectores donde es más notorio este impacto es la transformación que vive la industria del transporte; desde el mercado automotriz, pasando por ferroviaria, aviación y naviera, todas están encaminadas a desarrollar tecnologías que dependan menos de los combustibles fósiles, principalmente la de autos.
Estas deben ser algunas de las razones por las cuales Arabia Saudita ha hecho públicas sus intenciones de apostar no sólo por la investigación, desarrollo y producción de energía nuclear, también por diversificar su economía, así como disminuir su dependencia de las ventas de petróleo para la mayoría de sus ingresos oficiales.
Según diversos medios, el proyecto está encaminado a que para 2032, el reino saudí alcance una capacidad cercana a los 17,6 GW, el equivalente a entre 16 y 17 reactores, por lo que la licitación que se avecina abre un importante mercado.
La intención de diversificar la economía saudí toma fuerza con los reportes que señalan pláticas del gobierno con compañías del tamaño de Apple y Amazon para incrementar sus inversiones en Arabia Saudita.