Tradicionalmente, los planes de formación convencional dentro de las universidades suelen ir uno o dos pasos detrás de las necesidades actuales de la mayoría de las industrias, debido a que sería una tarea titánica actualizar de forma anual los planes de estudios de todas sus carreras.
Pero para subsanar este rezago, las instituciones de educación superior suelen desarrollar cursos, seminario o proyectos de vinculación empresarial que permiten a los estudiantes graduarse con una mayor idea de que lo deberán enfrentar en su futuro laboral.
En el caso del marketing, los planes de formación convencional normalmente se orientan a la ciencia aplicada desde la macrovisión, enfocada a la obtención de metas e incluso fomentan la innovación; sin embargo, el profesional del marketing está obligado a desarrollar una microvisión de las situaciones, ya que será a través de ésta que podrá lograr los escenarios planteados en la macrovisión. Aunque el desarrollo de esta característica pudiera sonar muy sencillo, puede ser un reto complejo y determinante para alcanzar el éxito profesional.
La microvisión se define como la capacidad de plantear y ejecutar el paso a paso de los objetivos planteados desde la macrovisión. La microvisión considera elementos tanto técnicos como humanos, por mientras las habilidades de empatía y escucha recaen en la microvisión, la macrovisión se comunica mejor en formatos masivos.
En la actualidad podemos ver que la microvisión se logra con base en la experiencia profesional formal; sin embargo, esta habilidad puede acelerarse desde los primeros años de formación universitaria, al incluir e inculcar la interacción humana en torno al desarrollo de grandes retos.
Para lograrlo, es importante desarrollar planes de acción precisos, como la puesta en marcha de proyectos en equipo que realmente trasciendan al mero cumplimiento curricular.
La era digital acelerada es un factor determinante en el desarrollo adecuado de una microvisión, dado que la capacidad de conexión emocional que tienen nuestros mercados actuales y futuros puede ser compleja y muy sólida.
En el caso particular de los mercadólogos, se obvia contar con capacidades cualitativas y cuantitativas como que sea innovador, que sea orientado a resultados, cuando las cualidades de escucha y trazabilidad de escenarios las dejamos de lado. Si no incentivamos el desarrollo de la microvisión dentro de los equipos de trabajo, no sólo generaremos retrasos en nuestra labor diaria, sino además puedo implementar estrategias que demanda recursos económicos y que finalmente no generarán una vinculación entre nuestra marca y los consumidores.
En el día a día del marketing, nos enfrentamos más de la mitad de nuestro tiempo a ejecutar decisiones estratégicas, con lo cual la capacidad de materializar resultados va más allá de una buena planificación y análisis, también requiere de una correcta ejecución que se traduzca en confianza, relacionamiento y preferencia de nuestro mercado.