Fue hace sólo unas semanas que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que incluirá los problemas asociados con los videojuegos como como un tipo de problema mental.
Como lo informamos en su momento en Merca2.0, el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualizará este año su Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) -que no lo hacía desde 1990- en la que se añadirá el trastorno por videojuegos como una enfermedad mental.
Aunque la OMS señala que aún no se puede definir un su cuadro de diagnóstico del trastorno, la industria de videojuegos ya reaccionó ante tal decisión expresando su rechazo.
Se trata de la Entertainment Software Association (ESA, por sus siglas en inglés), asociación en Estados Unidos que congrega a las principales desarrollados de videojuegos, al publicar su postura y calificar de “trivial e imprudente” la decisión de la OMS.
“La Organización Mundial de la Salud sabe que el sentido común y la investigación objetiva demuestran que los videojuegos no son adictivos. Y, poner esa etiqueta oficial en ellos trivializa imprudentemente problemas reales de salud mental como la depresión y el trastorno de ansiedad social, que merecen tratamiento y toda la atención de la comunidad médica. Alentamos encarecidamente a la OMS a que cambie la dirección en su acción propuesta”, señala la ESA.
La reacción de la asociación en la que era de esperarse, la industria de videojuegos es muy importante, en 2016 representó ingresos por más de 78 mil millones de dólares, y para 2020 alcanzará los 90 mil millones, según proyecciones publicadas en Statista.
Año con año vemos surgir nuevos títulos en busca de conquistar a millones de usuarios, sólo en México se estima que hay más de 60 millones de usuarios, por lo que ven como un riesgo al mercado la decisión de la OMS.
Sin embargo, cabe subrayar que el organismo señala que considerar el trastorno por videojuegos requiere de algunos signos específicos relacionados con un patrón de comportamiento de juego “continuo o recurrente” y, por tanto, esto no quiere decir que se identificará o declarará una pandemia por el trastorno por videojuegos o que todos los gamers lo manifestarán.