Israel quiere que una futura estación de tren se llame “Donald Trump” para agradecer al presidente de Estados Unidos por reconocer a Jerusalén como su capital, pero la obra podría ser tan polémica como la decisión del mandatario.
El ministro de Transporte israelí, Israel Katz, dijo este miércoles que la parada del transporte estaría cerca del Muro de los Lamentos, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el corazón del área en que los palestinos quieren que esté ubicada su capital.
“Decidí dar un nombre a la estación del Muro de los Lamentos (…) después de la valiente e histórica decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de los judíos y del Estado de Israel”, dijo Katz en un comunicado.
La prevista extensión subterránea de un tren de alta velocidad que unirá Tel Aviv y Jerusalén todavía está en estudio y una portavoz del Ministerio de Transporte dijo que aún necesita ser aprobada.
El anuncio fue rápidamente condenado por líderes palestinos, que ya están molestos por la decisión de Trump de cambiar décadas de política exterior estadounidense con la decisión tomada el 6 de diciembre de reconocer a Israel como la capital israelí.
“El gobierno extremista israelí está intentando una carrera contrarreloj para imponer hechos en la ciudad de Jerusalén”, dijo Wasel Abu Youssef, miembro del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Trump dijo que simplemente reconoció la realidad al reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, pero los palestinos y la mayoría de las potencias mundiales han dicho que el mandatario estadounidense socavó una postura de larga data de que el estado de Jerusalén debe ser resuelto a través de negociaciones futuras.
Pese a las amenazas de Estados Unidos de retirar ayuda a los países que se manifestaran contra su idea de reconocer a dicha ciudad como la capital israelí,los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) votaron el 21 de diciembre pasado por desechar la petición de Donald Trump.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, señaló que su país “recordará” en lo económico o político la negativa de declarar a Jerusalén como capital de Israel.
En su intervención, Haley calificó el voto como “un insulto” que no sería olvidado, y que tendría consecuencias tanto en los recursos que invierte Estados Unidos en la ONU como en el respaldo que ofrece a otras naciones.
La representante señaló que Estados Unidos recordará este día “cuando seamos llamados una vez más para hacer la mayor contribución a la ONU, y lo recordaremos cuando numerosos países nos llamen, como a menudo lo hacen, para que paguemos más y para usar nuestra influencia para su beneficio”.