Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportaron que julio de 2016 fue el mes desde hace años con más rotación laboral, con un millón 388 mil renuncias, mientras que las altas o nuevos empleos fueron un millón 410 mil.

De acuerdo con Glassdor, cuando un empleado renuncia suele dejar pistas previas, como llamadas telefónicas secretas, correos electrónicos nocturnos, planes de salida ocultos. Según un sondeo, 47 por ciento de 2 mil profesionistas revelaron que se “sentían seguros” de que encontrarían un nuevo trabajo en un plazo menor a los 6 meses.

Según un sorteo de Fortune, la cultura laboral para un empleado es vital para que su desempeño sea óptimo, ya que síntomas contrarios podrían ocasionar que el trabajador piense dos veces su estancia en el mismo empleo. Aspectos como un mal jefe, presión laboral o clima tóxico son suficientes para impulsar una renuncia, pero concretamente son los siguientes aspectos los que son determinantes:

– Presión intensa para obtener resultados a corto plazo

– Tabúes en temas para hablarlos con jefes

– Trato desigual

– Competencia disfuncional

– Mucha charla sobre valores pero no aterrizadas lo suficientes

– Falta de claridad en torno a una visión corporativa

– Falta de respeto

– Falta de aprecio

– Pesimismo

– Conductas poco civilizadas y toleradas

– Inequidad o ausencia de meritocracia

Datos de McKee refieren que un trabajador buscan aspectos esenciales en un clima laboral, como son:

– Sentido de unidad alrededor de un propósito

– Compromiso con virtudes y valores, como honestidad, gratitud, jefes sabios

– Visión clara, inspiradora y compartida del grupo de trabajo

– Generosidad

– Respeto al crecimiento laboral

– Equidad y justicia

– Integridad

Por otra parte, la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet) señala que, independientemente de la forma en que un trabajador decida renunciar a un empleo, tiene un año para reclamar el pago de su finiquito, y la compañía deberá pagar sin ningún tipo de pretexto de por medio.