El presidente Trump anunciaría este miércoles que comenzó el proceso de mudar la embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, una de las decisiones de política exterior más importantes de su presidencia hasta el momento.
La medida, ordenada por el Congreso, pero suspendida por motivos de seguridad nacional durante 22 años, podría complicar los esfuerzos de paz en Medio Oriente. Mientras la Autoridad Palestina y el resto del mundo árabe se oponen, el gobierno israelí agradecerá el reconocimiento de Jerusalén como su capital, algo que ninguna otra nación ha hecho.
Ante esta posibilidad, el rey jordano (Abdulá II), la representante de Política Exterior de la Unión Europea, los aliados de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (Otan), el presidente de Turquía (Erdogan), el presidente francés (Macron), Arabia Saudita, Egipto y el ministro alemán de Relaciones Exteriores de Alemania; todos se manifestaron preocupados por una decisión de Trump que podría generar un desastre.
El plan de Trump
“El plan de traslado, que fue comunicado a periodistas de distintos medios este martes por la noche por tres altos funcionarios del gobierno bajo la condición del anonimato antes de un anuncio formal, aún está en sus primeras etapas”, publicó USA Today, detallando que hay alrededor de 1.000 personas trabajando en la actual embajada de los Estados Unidos en Tel Aviv, la mayoría diplomáticos.
La ley de traslado de la embajada en Israel data de 1995 y su aplicación ha sido postergada por todos los presidentes cada seis meses, cuando vece el aviso del Congreso para que se cumpla. Donald Trump renunció a la mudanza de la embajada en junio, pero vencía de nuevo el lunes pasado, y no la postergó.
Desde que estaba en campaña, Trump habla de lograr lo que él llama “la negociación más difícil de todas”: un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. El problema es que esta decisión generará controversia porque mientras que Israel ve a Jerusalén como su capital “eterna” indivisa, los palestinos también reclaman a Jerusalén Este como la capital de su estado futuro. De hecho, ningún otro país tiene su embajada en Jerusalén.
Trump to name Jerusalem as Israel’s capital, US says, despite being warned move is “flagrant provocation of Muslims” https://t.co/aDd4xJ1Csr
— BBC Breaking News (@BBCBreaking) 6 de diciembre de 2017
Oficialmente, la Casa Blanca hasta ahora confirmó que Trump hará este miércoles un anuncio al respecto, pero no dijo cuál será. Según Ámbito Financiero, la vocera Sarah Sanders dijo que “tomará la que siente es la mejor decisión para Estados Unidos”.
A su vez, en Washington se confirmó que hubo una llamada a Mahmud Abbas (líder palestino), así como conversaciones de Trump con Benjamin Netanyahu y el rey Abdulá II, aunque sin dar detalles del tema.
Problema sin solución
La disputa por Jerusalén viene de hace tiempo. Los palestinos quieren como capital de su futuro Estado la parte oriental de la ciudad, ocupada desde 1967 y posteriormente anexada por Israel. El Estado judío, por su parte, reclama la ciudad como su capital indivisible.
“Incluso más de una veintena de académicos y diplomáticos israelíes se han sumado a las advertencias indicando en una carta a la administración estadounidense que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel puede tener consecuencias desastrosas en toda la región”, publicó Sputnik.
A primera hora del miércoles, el papa Francisco habló del tema:
#ULTIMAHORA @Pontifex_es pide mantener status quo para Jerusalén y “sabiduría y prudencia” para evitar conflicto
— AP Noticias (@AP_Noticias) 6 de diciembre de 2017